MÉXICO DF 26 DE NOVIEMBRE DE 2015 (Kaleydoscopio).- La decisión de cuidar a un vegetal en riesgo es elección personal importante, ya que ayuda a preservar la vida en la Tierra, aseguró Javier Caballero Nieto, jefe del Jardín Botánico (JB) del Instituto de Biología de la UNAM.

En el segundo aniversario del Centro de Adopción de Plantas Mexicanas en Peligro de Extinción señaló que en este lapso han sido apadrinados 13,331 ejemplares de 81 especies amenazadas. Este proyecto es único en el mundo.

Se tienen 10,100 padres putativos de todas las edades, desde seis hasta 70 años. La mayoría sólo ha acogido una planta, aunque hay quienes se han hecho cargo de hasta 10. De éstos, la mitad son niños y 30% gente de la tercera edad (más del doble mujeres).

Avances

En los primeros 12 meses se propagaron 68 especies de cactáceas y crasuláceas por métodos convencionales.

En el segundo año hubo 13 más: ocho de las primeras y el resto de las segundas —a esta cifra se añade una de orquídea (vainilla) propagada por cultivo de tejidos vegetales.

La meta es ofrecer más de 400 variedades de las familias referidas. El reto es consolidar los aspectos técnicos e institucionales que aseguren su permanencia.

Al acoger una especie, el JB la entrega con un portaplantas y un certificado que acredita su procedencia legal, además de instrucciones de cuidado como cantidad de luz y frecuencia de riego. Si surge alguna duda, los padres adoptivos pueden encontrar mayor información en las redes sociales o enviar un correo.

Los cuidados son mínimos, ya que por ser de zonas áridas (no requieren mucha agua, aunque sí luz directa no muy intensa) se adaptan a las condiciones de un hogar.

Su expectativa de vida es variada, pero generalmente son longevas (de 20 a 180 años). Una vez adoptadas lo más seguro es que la gente deba heredar este patrimonio mexicano a sus hijos o nietos, explicó Caballero.

www.kaleydoscopio.mx