Estados Unidos 10 de marzo de 2015 (lasillarota.com).- El último grito de la moda en tatuajes comenzó en Estados Unidos, pero ha causado furor en todo el mundo, especialmente en Singapur, donde el blanco de los ojos pasa a ser azul, rojo, verde o negro con unas inyecciones de tinta aplicadas entre la esclerótica y la conjuntiva, el pigmento queda entre ambas capas y se extiende por todo elojo.
Aunque ha sido aceptado, no está exento de riesgos, por lo que los especialistas advierten sobre las consecuencias de ese tratamiento irreversible.
El profesor Donald Tan, del Centro Nacional de Ojos, expuso que la postura de los expertos es en contra de esta práctica, pues la esclerótica puede ser un foco de infección, especialmente después de varias inyecciones. Además, esas infecciones podrían ocasionar la ceguera.
El pionero de esta técnica es un norteamericano Luna Cobra y comenzó a realizarla en 2007 para imitar a los personajes de “Dune”, una película de ciencia ficción; y la formación médica de sus padres fue de gran ayuda para realizar este procedimiento en Gran Bretaña, Australia y Estados Unidos.
Chester Lee, un tatuador de Singapur acudió con Cobra para cambiar el color blanco de los ojos por negro, explicó que se le hincharon los ojos durante un día y no paraba de llorar, pero comentó que después ya no tuvo problemas.
Además de la ceguera, otros problemas para la salud que traen este tipo de prácticas son dolores de cabeza, sensibilidad a la luz, úlceras, alergias e infecciones, por lo que el experto en estos tatuajes explicó que es importante tener un trabajo estable y seguro antes de tatuarse los ojos.
El procedimiento no dura más de un minuto, pero la limpieza del ojo para saber si hay problemas lleva entre media hora y una hora; después se inyecta la tinta con una pequeña aguja. Durante varios días los ojos se hinchan, están irritados y se puede sentir arena, pero en tres semanas los síntomas desaparecen.
Esta práctica no es reciente, pues el médico y filósofo Galeno de Pérgamo practicaba en el año 150 antes de Cristo la coloración de córnea para la curación del glaucoma y en el siglo XIX el cirujano Louis von Weker aplicaba tinta china para tratar el leucoma. Sin embargo, recientemente se ha popularizado entre presos como señal de pertenencia a una banda crimina.