Ciudad de México 6 de febrero de 2015 (lasillarota.com).- Escuchar música en cualquier momento o en una situación especial, puede cambiar el humor en minutos o provocar en el oyente sentimientos tan contrarios como repulsión y placer.
El placer que la mayoría de las personas experimenta al escuchar música no se explica sólo por tratarse de un género en específico o una canción que les guste, explicó el doctor Luis Concha Loyola, investigador del Laboratorio de Conectividad Cerebral del Instituto de Neurobiología de la UNAM.
"La música es capaz de involucrar a los circuitos de recompensa de la misma manera que las drogas", explicó el experto, citando los estudios del neurofisiólogo argentino Robert Zatorre sobre por qué la música provoca "piel de gallina".
Esta sensación de “piel de gallina” involucra los mismos sistemas de recompensa en el cerebro que actúan al comer o tener relaciones sexuales, porque se apaga un deseo y eso provoca placer.
Añadió que en el caso de la música, el estímulo auditivo tiene un momento de clímax que el oyente está esperando y cuando llega, hay una descarga de dopamina en las partes centrales del cerebro, que produce una reacción nerviosa periférica a través del sistema nervioso simpático y un intenso placer.
El efecto de la música depende de factores como el género que se escuche o los gustos y la cultura de cada persona; además de que el hemisferio izquierdo del cerebro procesa ventanas cortas de sonido (lenguaje) y cuando se trata de una melodía, la información se desplaza al hemisferio derecho.
Finalmente, comentó que tanto la música y el lenguaje son estímulos auditivos complejos con mensaje y sintaxis propios, por lo que se creía que la corteza auditiva los procesaba de forma similar, pero con sus investigaciones ha confirmado que no es así, ya que una parte del cerebro se dedica exclusivamente a procesar las ondas sonoras musicales (Con información de UNAM).