Ciudad de México 25 de enero de 2015 (lasillarota.com).- El Reloj del Juicio Final es el indicador universal que reconoce la vulnerabilidad de las catástrofes mundiales de las armas nucleares, el cambio climático y otras amenazas globales.

De acuerdo con el Boletín de los Científicos Atómicos, el reloj se adelantó dos minutos, lo cual indica que “la probabilidad de una catástrofe mundial es muy alta”, dijo Kennette Benedicto, directora ejecutiva del Boletín.
 
La nueva configuración del reloj es de tres minutos para la medianoche, algo que no se veía desde 1984, durante unos de los períodos más peligrosos de la Guerra Fría. La configuración anterior era de siete minutos para la medianoche.

La corrupción, los engaños, los fallos de seguridad y los nulos valores ponen en riesgo a todo el mundo. Además, hay 16 mil 300 armas nucleares en todo el mundo, de las cuales la gran mayoría se encuentran en estado de alerta.

Actualmente, el interés por el desarme nuclear ha ido creciendo a nivel mundial ya que, en octubre el 79% de las naciones del mundo (155 gobiernos), apoyaron la resolución de la ONU que exige la eliminación de las armas nucleares.

El papa Francisco en la Conferencia de Viena, declaró que “las armas nucleares son un problema mundial que afecta a todas las naciones e impacta las generaciones futuras y el planeta que es nuestro hogar. Se necesita una ética global si queremos reducir la amenaza nuclear y trabajar hacia el desarme nuclear (…) Estoy convencido de que el deseo de paz y de fraternidad asentado en la profundidad del corazón humano dará frutos en formas concretas para garantizar que las armas nucleares se prohíban de una vez por todas, para el beneficio del planeta en el que todos vivimos”.

La nueva configuración también influyó en el cambio climático, debido a que en 2014 fue el año más cálido que se ha registrado en la Tierra. Si no hay un cambio de conducta en el mundo, el cambio climático seguirá aumentando y traerá graves consecuencias a la salud pública: problemas respiratorios, enfermedades infecciosas, trastornos de salud mental como el estrés y la depresión, y pérdidas de cosechas por sequías e inundaciones, lo cual puede provocar desnutrición. (Con información de Agencias).