Estados Unidos 1 de noviembre de 2014 (BBC).- Brittany Maynard, la joven estadounidense que había tomado la decisión de recurrir al suicidio asistido el sábado 1 de noviembre después de enterarse que tenía un tumor maligno en el cerebro, podría postergar la fecha que escogió para morir.
"Todavía me siento lo suficientemente bien, todavía tengo la suficiente alegría, todavía río y sonrío con mi familia y con mis amigos, así que creo que este no es el momento adecuado", dijo la estadounidense de 29 años en un video publicado en la página web www.thebrittanyfund.org creada para recaudar fondos para los que defienden el derecho a la muerte digna.
"No creo que este sea el momento de partir, todavía me siento bien. Pero ese día llegará porque cada semana estoy más enferma", reconoce Maynard en el video de seis minutos.
La joven, que en los últimos días se ha dedicado a cumplir una lista de deseos y aventuras que quería hacer antes de morir, está medicándose actualmente para controlar el tumor.
Píldoras para morir
La historia de la chica se dio a conocer a través de un video publicado en YouTube que ha sido visto más de ocho millones de veces.
Allí explica que tomará unas píldoras para morir en la habitación que comparte con su marido, en compañía de sus seres queridos y escuchando la música de su preferencia.
"Todavía me siento bien", dice la joven.
En abril, los médicos pronosticaron que le quedaban seis meses de vida por el cáncer que padece.
Maynard había elegido inicialmente el 1 de noviembre como la fecha de su muerte, dos días después del cumpleaños de su marido, Dan Díaz.
Ella y su esposo, recién casados, se mudaron de California a Oregón, uno de los cinco estados en EE.UU. en los que el suicidio asistido por doctores está permitido.
Una vez que estableció allí su residencia y obtuvo las medicinas para morir y evitar así pasar por las peores etapas de su enfermedad.
La historia de Maynard está teniendo un impacto inusual en Estados Unidos, donde se ha reavivado el debate sobre la eutanasia, con voces que se alzaron para respaldarla y otras -incluso de otros pacientes terminales- para cuestionarla.