CIUDAD DE MÉXICO 22 DE SEPTIEMBRE DE 2017 (La Silla Rota).-Este martes México fue azotado por un sismo de 7. 1 grados, y casi de inmediato los noticieros, periódicos y sitios de internet, se inundaron con información del desastre. Muchos niños vivieron la trágica experiencia en sus colegios y tiempo después la siguieron observando en sus hogares al estar sobre expuestos a los comentarios de familiares y la información de la Tv e internet.
De acuerdo con Guía Infantil, los niños no pueden comprender a ciencia cierta qué es lo que sucedió, entonces surge la necesidad de hablar del tema. De explicar. Sin embargo, los padres se encuentran ante un dilema ¿Hay que dialogar mucho sobre los temblores? ¿Sólo dar recomendaciones? ¿Ser profundo o superfluo? ¿Cuál es la medida justa?
Los expertos y las instituciones aclaran que hay que escuchar a los niños todo lo que sean necesario. Pero que a la hora de hablar lo más importante es ahondar en todo lo referente a la prevención y dejar "el temblor" como segundo tema. Es decir, desdramatizar. Claro que todo depende de la edad del niño.
RECOMENDACIONES DE LOS EXPERTOS
La licenciada en psicología, María Sol Arrieta, explica que es a través del juego donde los niños más pequeños expresan sus sentimientos, emociones y vivencias. Una actividad que les permite exteriorizar lo que han vivido.
Permite que:
Que dibujen lo sucedido
Que jueguen libremente
Que canten
Que escriban
Incluso permíteles dormir contigo si lo necesitan, y en caso de una enuresis (orinarse en la cama) sé comprensivo, este síntoma podría ser la señal de que tu hijo (a) estuvo sometido a gran estrés o que existe alguna alteración emotiva. Para que recuperen su estabilidad es necesario que se sientan amados y protegidos.
La experta opina que "sentarse como tal a hablar del temblor es darle más relevancia de la que ya tiene. Pero si se ve que el niño expresa con el juego su temor es bueno hablar un poco. Siempre es positivo el diálogo pero sin dramatizar. Más interesante es contarle a los niños, en especial a los más grandes, qué deben hacer ante estas situaciones".
El mayor problema, según Arrieta, son las reacciones de los padres o adultos que estuvieron cerca de los menores. “Ante el movimiento, más de un adulto comenzó a correr, gritar, pedir ayuda o llorar. Los niños, que dependen absolutamente de los mayores, miraron con horror la escena. En conclusión: aparecen los miedos, retrocesos, ansiedades y más”.
Hay diferentes posturas en lo que se refiere al diálogo. Sin embargo, se coincide en el punto de la prevención. La charla debe estar orientada, sin lugar a dudas, a educar. "Hay que hablar acerca de cómo actuar. Hacer un plan de emergencia que sea comprensible hasta para los más pequeños y que incluya un plan de acción dentro de sus colegios”, apunta la experta.
LA CRUZ ROJA INVITA A QUE LOS PADRES SEAN MEDIADORES
La Cruz Roja Americana tiene una publicación sobre este tema donde se dice que los padres deben actuar como mediadores. Estas son sus palabras: "Los padres deben reconocer que existen temores que provienen del niño (de su propia imaginación o fantasía) y diferenciarlos de los temores que son estimulados por eventos reales. Los niños no saben describir el sentimiento de ansiedad. Aunque el temor sea intenso, son incapaces de dar una explicación racional".
Y siguen: Ellos son muy dependientes de los adultos por el amor, cuidado y seguridad que reciben, temen mucho más el perder a sus padres o sentirse que han sido abandonados. Aún los niños que generalmente son competentes y sin miedos, pueden reaccionar con temor y ansiedad considerable ante cualquier evento que atente contra su familia. Los padres deben comprender que su intervención puede ayudar a reducir el temor y prevenir que un problema más serio se desarrolle.
RECOMENDACIÓN DE UNICEF
Lo más importante, para Unicef es que los padres tengan un comportamiento tranquilo. De esta manera el niño sentirá contención y, lo que es más importante, seguridad. Uno de sus puntos de vista más interesantes tiene que ver con las mentiras piadosas. Unicef dice que "minimizar el peligro falsamente no proporciona seguridad".
Padres y madres pueden apoyar a sus niños dejándoles que expresen sus sentimientos sobre el desastre y diciéndoles que es normal sentirse preocupados o tristes. Hay que asegurarles que son queridos y que serán protegidos si algo malo ocurre, detalla Unicef.
Por último, es muy importante dosificar las noticias referidas al desastre. Lo dice la psicóloga Arrieta y Unicef. En el caso de los más pequeños, porque no comprenden lo que ven. Y en el de los más grandes, porque puede exacerbar el miedo. "Escuchar o ver noticias impactantes puede causar trauma adicional o insensibilizar al niño sobre cuestiones violentas y sus consecuencias.
Hay que ayudar a niños y adolescentes a procesar las noticias que reciben de un desastre", aclara la organización Enrédate que depende del Gobierno de España.