TIJUANA BC 2 DE MARZO DE 2025.- Muchos aun no comprenden el poder energético que existe en algunas obras de arte y el valor de las mismas. Hablo de obras a un nivel que trascienden por contar con ciertas características especiales, obras como las de Leonardo Da Vinci o Miguel Ángel, Salvador Dalí, Rembrandt, Picasso, Diego Rivera, Jackson Pollock, Siqueiros, Donatello, Velásquez, Camarena y tantos más. Antes y después de ellos siempre ha habido artistas apasionados y comprometidos, algunos -incluso- vivos, dispersos por el mundo y desconocidos hasta ahora.
Pero su compromiso, pasión, disciplina y dedicación dará como resultado que sus obras se conviertan en portales dimensionales capaces de conectar con energías de otra dimensión desde los sentidos.
Difícil de entender para algunos y más si no se ha derribado esa mentalidad adoctrinada por el sistema en el que hemos nacido y se ha construido el propio criterio.
Se comprenda o no, existen obras que por alguna razón nos muestran la importancia de la conexión energética que inicia desde nuestro interior y se convierten en símbolos y signos o reliquias, sacramentales, rituales, mantras, misas, exorcismos que, al no comprenderse del todo, se le ha puesto la etiqueta de místico o paranormal y en todos ellos existe un pilar fundamental que los sostiene: la creatividad.
Se entienda o no, estas obras cumplen su función, desde las pinturas rupestres, las tablillas sumerias, pirámides, pergaminos, altares, pinturas, murales, esculturas. Todo apunta a una conservación y trasmisión de un mensaje subjetivo, pero de interiorización y algunas de estas obras son escondidas e ignoradas por no ser conveniente su mensaje y dificultar la manipulación de los demás.
Este poder surge desde la intención y el enfoque mental del artista, incluso lo que conocemos como brujería, sigilos o conjuros, no es otra cosa que una intención reforzada con una serie de actos para convencer y que ayuden a provocar una sugestión o un enfoque del solicitante predisponiéndolo desde la mente, porque desde ahí se ramifica la conexión a la raíz del todo, a manera que los sentidos se enfoquen en un objeto especifico donde las herramientas principales son la pasión y la dedicación, más allá de lo común, ya que no pueden surgir esta clase de obras sin lo místico y esotérico, llegando necesariamente a fusionarse y amalgamarse cumpliendo siempre con el objetivo claro de llegar a aceptar nuestra realidad de quiénes somos y de dónde venimos, para que después, conscientes de nuestras acciones, aceptemos el camino que estas provoquen y sigamos adelante.
En cada uno de nosotros existe energía y es nuestra decisión si la levantamos para iluminar o la escondemos para apagarla.
Acrecentar ese poder se logra a través de la acción, la pasión, disciplina, el compromiso y la constancia, pero debemos creer en nosotros mismos antes que en cualquier cosa.
Y aunque se conozcan todas las teorías y se tengan los mejores entrenadores, sin la acción no habrá una reacción y solo o por obra de magia no llegará el desarrollo de la conciencia. Si sabemos de lo que somos capaces y tenemos bien definido el camino, este será emocionante e infinito; eso sí, evolutivo también y satisfecho de hacer lo que se tenga que hacer.
Lo importante es la intención y la voluntad en acción constante, atreviéndonos a enfrentar nuestros miedos.
Existen objetos de poder que contienen energías de su autor y perduran a través del tiempo, revitalizándose independientemente, gracias a las energía que absorben de quien los observa; obras de arte y objetos que han sido diseñados y creados para conectar con energías y fuerzas desde el más allá a partir de nuestro interior. Esa es la diferencia del porqué la mente consciente o inconsciente es absorbida o exaltada por lo que se proyecta en un objeto que emana energía, lo negativo o positivo dependerá de la interpretación del estado de conciencia de quien lo observe, y esto Influirá en el entorno, si ha sido cargado de una intención bien fundamentada y trabajada.
Es el caso de los grimorios que contienen pensamientos y emociones activando su poder, gracias a la atención y compromiso del que los práctica, construyendo así tulpas y egregores.
En pinturas, murales, esculturas, mosaicos, vitrales, escenografías, vestuarios; todo cumple su función al cautivar al observador, por la impresión o atención que generan en él.
No todos pueden llegar a ese nivel, por el compromiso que deposita cada quien.
Esta facultad no la poseen todos los artistas ni todas sus obras.
Líderes, sacerdotes, magos, taumaturgos, chamanes o gurús, sus acciones dependen y su energía, del estado de conciencia y la intención bien enfocada que se transmuta a sus obras y acciones.
Es codicioso y atractivo el tener esta habilidad.
Sin embargo, no se compra ni se arrebata; es meritoria, después del trabajo interno, continuo y la pasión, la práctica constante a través del tiempo.
Cierto es que muchas cosas carecen de valor y aparentan tenerlo, pero el tiempo tamiza lo que tiene o no esa energía.
Existen seres receptivos gracias a su estado de conciencia, alma y espíritu; no necesariamente son solo seres humanos, pues esta energía pertenece a todos ser vivo conectado con el amor y la fuente.
Todas las obras artísticas importantes que se han convertido en símbolos fueron creadas con esta energía, estudiando los signos, colores, ubicación, objetivo, composición y todo, acorde al punto de su intención. No fueron hechas en cualquier espacio que les ofrecieron para decorar o justificar presupuestos y dar pruebas de actividades en administraciones.
Es el resultado del estudio profundo y constante de los elementos a usar, conscientes de lo que se quiere causar en quien la observa. Se planifica para que sea atractiva y sea conservada, vigente incluso después de la muerte de su autor, generando la propia identidad de la misma obra.
Impactando y provocando emociones con la complicidad del tiempo, por los siglos de los siglos.
Artista plástico multidisciplinario con más de 27 años de trayectoria, felizmente casado con la creatividad y estudioso de diversos temas para conocer a fondo en lo que trabaja y también escribe.
Gushsan es un lector que gusta reflexionar sobre diversos aspectos de la vida y que nos envía sus colaboraciones.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.