TIJUANA BC 16 DE FEBRERO DE 2025.- Según la tradición cristiana, Jesús de Nazaret fue crucificado bajo el poder de Poncio Pilatos emperador romano. La leyenda de la lanza del destino se origina por el Evangelio de Juan. Cap.19: vers.31-37: donde dice que llegado a Jesús como lo vieron que ya estaba muerto no le rompieron las piernas, sino que un soldado, el centurión de nombre Cayo Casio Longinos le atravesó con su lanza el costado derecho y al instante salió sangre y agua.
Sepultaron el cuerpo del crucificado en una tumba de José de Arimatea quien se preocupó también por preservar la cruz, los clavos, la corona de espinas, el sudario, la copa en la que Jesús consagró el pan y el vino en la última cena y la lanza.
A través del tiempo estos objetos convertidos en reliquias fueron tomando mayor importancia para los seguidores como símbolos y objetos sagrados, recordándoles momentos específicos y convirtiendo estos en tradiciones religiosas, siendo venerados y adjudicándoseles un poder trascendental por el supuesto contacto con la sangre de Cristo.
La lanza del destino se incorporó a relatos folclóricos y leyendas en casi todos los países europeos. Habiendo registros en los mismos en los evangelios apócrifos, canónicos y sinópticos, aportando información importante hasta nuestros días.
Se creía que quien tuviera la lanza adquiría poder y gloria, haciéndolo invencible y su energía podría ser utilizada para bien o para mal, asegurando también que si se separaba de ella o se perdía provocaba desdicha y muerte.
A principios del siglo pasado existían por lo menos 4 lanzas en Europa. La más conocida es la que se expone en el Vaticano. Otra estaba en París, la cual se dice fue llevada por San Luis cuando volvió a Palestina de las cruzadas en el siglo XIII.
Otra se encuentra en Cracovia Polonia siendo una copia de la lanza de Habsburgo, que es la que posee una mayor genealogía. Y la de Habsburgo que fue descubierta en Antioquia en 1098, durante la primer cruzada. A partir de entonces la llevaban al frente del ejército en la batallas como una reliquia sagrada y un símbolo que empoderaba al ejército y renovaba su ardor, logrando victoria tras victoria en cada combate.
La hoja de la lanza de Habsburgo fue modificada varias veces, con plata y oro ya que se había partido en dos, manteniéndola unida con un alambre y una funda con inscripciones en latín y escritura germánica: Lancea et clavus domini ( lanza y clavo del señor), esta lanza fue llevada como talismán por Carlomagno en el siglo IX, saliendo victorioso en 47 batallas, ya a este punto le habrían concedido poderes mágicos y de clarividencia.
Después pasó a manos de Heinrich el cazador, luego a cinco monarcas sajones; después a manos de Federico I Barbarroja quien conquisto Italia y obligó al Papa a exiliarse. La lanza media 30 centímetros de longitud y terminaba con una punta delgada en forma de hoja y en algún momento fue ahuecada para introducir uno de los clavos de la crucifixión, sujetado con hilo de oro, con la intención de otorgarle aún mayor poder.
En 1913 se encontraba exhibida en el Museo del Palacio de Hofburg en Viena Austria con una inscripción que la identificaba como: la lanza que atravesó en el costado de Jesucristo, llamando la especial atención por su fascinante historia sobrenatural, a un joven pintor de acuarelas de nombre Adolf Hitler, el cual, al convertirse en el Führer la adquirió por su significado y poder. Como creyente en lo místico y católico la utilizó en algunos de sus discursos, apareciendo con la lanza en sus manos y la conservó en su régimen hasta 1944, hasta que después de que 521 bombardearos destrozaran la ciudad de Nuremberg por parte del Ejército de los Estados Unidos y sus aliados, que lanzaron más de 6000 bombas de alto poder.
Adolf Hitler, previo a esto había ordenado construir un bunker en Panier Platz, para conservar y asegurar la lanza junto a varias obras de artes importantes.
Hitler quien había sido sacristán desde pequeño y teniendo habilidades como artista, tenía un especial interés en el arte y en lo místico.
Se calcula que más de 600 000 obras de arte entre pinturas, esculturas, muebles, joyas, tapices, fueron robadas por el Ejército Nazi en Europa a sus legítimos dueños, muchos de ellos familias judías. Parte de estos valores artísticos y oro incautado fue a parar al Vaticano por orden de Hitler.
Pensaba hacer el museo del Führer, el más grande e importante del mundo con los mejores tesoros artísticos, una vez ganada la guerra, solo que el 20 de abril de 1945, el último regimiento norteamericano asedió durante varios días la ciudad, dejándola en ruinas.
Y la veterana división comisionada para la recuperación artística fue formada por siete especialistas en arte, entre los que se encontraban: dos pintores, un escultor, un galerista, un restaurador, un arquitecto y un director de una de la mejores escuelas de artes de Nueva York, todos capacitados para rastrear e identificar las obras originales.
El nombre de su operación: Monument Fine Arts and Archives. Fue así como a este grupo de artistas los integraron a esta guerra y con esta misión, y 10 días después de los bombardeos en Nuremberg, encontraron el búnker, el arte y la lanza del destino. El regimiento al mando del teniente William Walter Horn tomó posesión de lo incautado junto al capitán Patton, en nombre de los Estados Unidos.
Siempre han existido algunos puntos confusos sobre lo que ocurrió después, convirtiéndose en un hermético secretismo y enredo.
Viena tuvo que reclamar y pedir que se le regresara la lanza de Longinos ya que el general George Smith Patton quería quedarse con ella como parte del rescate y la operación. Después de una serie de negociaciones el gobierno de Estados Unidos supuestamente regresó la lanza original al Museo de Historia de Viena, el 7 de enero de 1946.
El arte y el oro incautado que pertenecía a familias judías que el régimen nazi les había quitado y Estados Unidos recuperó no fue devuelto a sus legítimos dueños o descendientes, pudiendo aun ser identificables en nuestros día. Varias de estas piezas se encuentran diseminadas en colecciones públicas y privadas, guardadas o secuestradas en bóvedas de museos y coleccionistas del mundo.
¿Quién tiene la lanza de Longinos original?
¿Será real su poder sagrado ?.
¿Quién autorizó o negoció con el arte que se diseminó por el mundo entre coleccionistas ?.
Gushsan.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.