Por: Norma Y. Cortés
Tijuana BC 28 de junio 2015 (AFN).- Después de brindarle una larga y nutrida ovación a Mario Iván Martínez, por su interpretación de Askenti Ivanovich, en "El diario de un loco", el público asistente abandonó en un conmovedor silencio la Sala de Espectáculos del Centro Cultural Tijuana.
El vaivén de emociones que despertó con su multifacética actuación, en la que igual representó con la voz y el cuerpo a un funcionario frustrado, que a una pareja de perros o al rey de España, entre otros personajes, provocó en el público risas constantes y sorpresas, ante una trama que mostraba a un hombre en notable decadencia mental.
Usando la poca utilería que tuvo a su alcance y con un juego de luces y movimiento de escenario, Mario Iván se convirtió en rey con manto de alfombra; en un caballero sobre una carroza hecha con un buró; en un "loco" encarcelado dentro de las rejas de una cama y en un niño frágil, al que le cantaba y arrullaba su madre, envuelto con una cobija.
El dolor, el coraje, el amor, la bravura y más emociones pasaron por el actor quien se desnudó en cuerpo y alma y que igual gritó, peleó y cantó para ganarse del público la larga ovación de pie, que compartió con la directora del monólogo Luly Rede.
Con la puesta en escena de El diario de un loco, el Centro Cultural Tijuana festeja 30 años de ser el más importante espacio para disfrutar de las artes escénicas en Baja California, por lo que Mario Iván Martínez fue invitado, al finalizar su actuación, por el director del CECUT, Pedro Ochoa Palacio, a develar la placa conmemorativa con la que el Consejo Nacional de las Cultura y las Artes (CONACULTA) reconoce a todos los artistas, directivos y técnicos que han trabajado en ella.