Tijuana BC 27 de junio del 2015 (IMAC).-"Don Julio" el periodista y escritor fue recordado en el marco de la edición 33 de la Feria del Libro de Tijuana, donde su editor Ariel Rosales y los periodistas Genaro Villamil y José Gil- Olmos, hablaron de diversas facetas que tienen que ver con el considerado como uno de los mejores periodistas de México y América Latina, durante la mesa de diálogo "Julio Scherer. Escritor".

Ariel Rosales fue el primero en hablar para decir que los editores son antes que nada lectores y el editar a Don Julio Scherer García fue un ejercicio de amistad, fue conocer a un excelente entrevistador y  cronista que, indicó, cuando mostraba sus libros decía " Díganme que les encantó, que los vuelve locos".

En la Sala Federico Campbell, Rosales dijo que sólo le gustaría decirle "Don Julio, me encanta, me vuelve loco". El segundo en tomar la palabra fue Genaro Villamil, quien dijo que el ejemplo de entereza ética de Don a Julio es más importante que nunca y parece que retrocedimos a los tiempos anteriores a la salida de Excélsior.

Dijo  que la credibilidad de Scherer dio para los 40 años de la Revista Proceso, y se impone ante la realidad de una periodista como Carmen Aristegui, que ha sido sancionada por indagar y decir la verdad.

El periodista agregó que la corrupción está generalizada y de aquel Partenón de Durazo, las propiedades que ahora se demuestran, son verdaderamente ofensivas, y la vigencia de Don Julio para las nuevas generaciones es vital.

Una de las grandes obsesiones de Don Julio es que no quería estar en el paraíso, sino recorrer  el infierno, para decirnos que aun hay esperanzas para los que quedamos y seguimos. Por su parte José Gil, narró como llegaba a la redacción.

Precisó que su libro favorito de la autoría es la Terca Memoria, y agregó que eso era Don Julio, que era muy recurrente con los Hank, que la mayor satisfacción es haber visto al exdirector de Excélsior reportear a los 84 años.

Al final tomo la palabra el hijo del periodista, Julio Scherer Ibarra, quien dijo que formó una gran familia, nueve hijos y 130 hermanos que trabajan en Proceso: “Mi padre abrazó a muchos amigos”.

Agregó que heredó su ejemplo de ser veraz, trabajador, porque quería ver un país que ya no le tocó ver, pero era un hombre ajeno al servilismo, y siempre cumplió con su deber a pesar de las críticas, envidias y amenazas.

No lo olviden, pidió a los asistentes, porque era un hombre que se exigía ser mejor cada día, y para las nuevas generaciones de periodistas desempeñen su labor, con valor y terminó con las palabras de Octavio Paz, "quien ha visto la esperanza no la puede perder de vista”.