TIJUANA, BC 24 DE SEPTIEMBRE DE 2011 (AFN).- En punto de las 8:30 horas nacionales y extranjeros abordan el tren con rumbo a Tecate, en un fin de semana de descanso por las celebraciones de la Independencia de México.
A las 9:00 horas se escucha el silbar de la locomotora que remolca los seis vagones en donde cientos de turistas de la región así como de Estados Unidos se aventuran en una experiencia diferente.
Transcurridos al menos 15 minutos y después de una breve plática con uno de los guías sobre las precauciones que deben de tener en la primer escala que realiza el tren en su recorrido, éste detiene su marcha a un costado de las cortinas de la Presa Abelardo L. Rodríguez.
En este punto conocido como abrevadero se puede apreciar lo impresionante que es la obra de La Presa, que en un principio se llamaría “García”, en honor al apellido de los propietarios de esas tierras que rodean la zona y posteriormente como se le conoce: “Abelardo L. Rodríguez”.
Después de una degustación de vinos de la región y una plática sobre las características del tren, además de una dinámica con jovencitas que ponen a todos los pasajeros a moverse en sus respectivos lugares, arriba la maquina a la estación de Tecate, a espaldas de la cervecería de aquel municipio.
Como cortesía y para promocionarse, la empresa cervecera organiza una verbena popular con venta de antojitos mexicanos, desde gorditas, huaraches, quesadillas y los clásicos burritos, y no podría faltar su clásica bebida en bote rojo.
Para Estefani Fernández Suárez, quien se desempeña como animadora y guía dentro del tren resulta muy importante estar al pendiente de los paseantes, y nos plática que el grupo más grande con el que le ha tocado convivir son 750 pasajeros, ella es acompañada por diez personas más que atienden todas las dudas y necesidades de los turistas.
Dentro de un ambiente muy mexicano se escuchan las guitarreas y violines de los mariachis que participan en un “mano a mano”, lo que hace que la gente se anime a bailar, olvidando por momentos que muchos de los visitantes no se conocían antes de este viaje impresionante.
El regreso ya comidos y bailados, es un poco más relajado; en el Vagón-Arte se puede ver a los más pequeñines pintando y jugando con las jóvenes guías que encabeza Andrea Torres Piñera, quien desde hace dos años, se dedica a las manualidades, además de estar al pendiente de los menores, mientras llegamos de regreso, después de dos horas de viaje a la misma Estación “García”, punto de partida.