AFN POLÍTICO
*.- ¿Dividen las Iglesias con marcha anti-gay
DORA ELENA CORTÉS
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TIJUANA BC 6 DE SEPTIEMBRE DE 2016 (AFN).- Hay quienes quieren ya pasar página y que el Revolucionario Institucional “levante cabeza”, e inclusive no han faltado quienes pidan “esquina” para que “no se vuelva a hablar nada más sobre los problemas que enfrenta el PRI”, por lo menos mientras se enderezan y salen del “bache” en que se sumieron tras la debacle sufrida en las elecciones del pasado 5 de junio en Baja California.
Por tal motivo, vimos entre otras acciones, una reciente reunión a la que convocó el dirigente estatal de ese partido, Chris López Alvarado, para según esto “limar asperezas” y trabajar en conjunto, aunque después de esa comida, que tuvo lugar en un restaurante de la zona Río de Tijuana, la versión oficial fue que se trató de un evento para instruir a quienes serán los nuevos diputados del tricolor, sobre la mejor forma de responderle a los bajacalifornianos, desde la legislatura local, pese a que serán muy pocos representantes.
Y así como esta reunión, otros grupos, o priístas a “Petit Comité” también han celebrado encuentros, aparentemente con el mismo motivo de fomentar la unidad entre las filas “del partido”. Sin embargo algo les ha fallado, o algo no se ha hecho deliberadamente bien, ya que los “encontronazos” continúan, sin que éstos puedan ser ignorados, por lo estruendoso de los mismos.
Ya habíamos dicho en anteriores columnas que algunos priístas “no estaban buscando quién se las hiciera, sino quién se las pagara”, por lo que ha venido creciendo un movimiento que busca “castigar a los traidores”, que no detectarlos, porque afirman que ya los tienen muy evidentes frente a sí, lo que está provocando mayor divisionismo dentro de esas filas del otrora invencible Revolucionario e Institucional.
De esta forma, de manera reiterada son señalados y acusados, entre otros, los delegados federales, de los que se insiste que no han sido capaces de sacar la cara por el Presidente de la República, y que por lo tanto, todos los “golpes” que se lanzan a Enrique Peña Nieto, le llegan “derechito” y sin “anestesia”, porque -se advierte- “no hay quien lo defienda”. De esta suerte, hay quienes han empezado a proponer que sean retirados la mayor parte de los delegados, a los que de paso no se les concede mayor mérito para estar donde se encuentran, esto al margen de que al quedar acéfalas esas oficinas, podrían beneficiar a quienes sí se sienten merecedores de reconocimiento, por haber trabajado siempre al lado del PRI, según afirman.
Otro que se ha convertido en el “villano favorito” entre algunos priístas, es el empresario David Saúl Guakil, al que tal parece que desde hace algunos meses le han enfilado las “baterías” para que sea el primer “castigado” y ejemplo de otros militantes que se dice que apoyaron a otros partidos. A Guakil lo han acusado recientemente de haber respaldado al candidato panista Juan Manuel Gastélum Buenrostro “El Patas”, a través de una de sus activistas, que luego regresó con él. De igual forma le adjudican otro fuerte apoyo al teniente coronel Julián Leyzaola Pérez candidato del Partido Encuentro Social, por medio de otros de sus más cercanos colaboradores; todo esto, según dichos de los priístas que lo acusan.
Será verdad… Será mentira ¡sólo ellos lo saben! Pero según parece, David Saúl, al ver que venía derechita la “guadaña” sobre él, se cansó de recibir “golpes” y por lo tanto, firmado por una de sus cercanas, apareció publicado ayer lunes un desplegado en el Sol de Tijuana, conteniendo fuertes acusaciones, que le fueron atribuidas al propio ex delegado de Economía y ex coordinador de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en Baja California.
El contenido del desplegado “cimbró” a la clase política priísta y a algunos de sus militantes, ya que señala directamente como responsables de los fracasos registrados en las pasadas elecciones, al propio dirigente estatal, y al mismo candidato del tricolor a la alcaldía de Tijuana. Antes, en las redes habían aparecido algunas publicaciones de defensa del empresario, en las que incluyeron, por cierto, una fotografía donde se ve a David Saúl con René Mendívil, en un acto de campaña, como prueba, advierten, de que sí colaboró con éste.
Pero volviendo a la publicación -que fue la que generó fuertes reacciones, y que lleva como “cabeza” ¿Traidores?- ésta señala sin ambages que:
“David Saúl Guakil ni fue candidato, ni tuvo cargo partidario, ni estuvo en cuarto de guerra, ni tampoco fue parte de la logística de campaña ni del Candidato a Presidente Municipal, ni de Regidores, ni de Diputados. La tarea que se le encomendó la cumplió.
Ahora bien, si lo que quieren es hacerlo co-responsable del fracaso de otros –agrega el documento- pues francamente qué triste para el PRI que un sólo hombre pudiera haber descarrilado un proyecto político.
En tal virtud, esto querría decir que efectivamente el PRI y todo lo que representa está en franca agonía política o que, aunque les duela aceptar: Pues escogieron malos candidatos y punto”.
Y al grito de ¡Basta! Exigen que ya no se busquen responsables en terceras personas, y se añade que “el pueblo está cansado de lo mismo y con los mismos”. Luego la sentencia demoledora: “quien resolvió fue el pueblo, con su voto y nadie más!”
Esto implica, que aparte de divididos dentro del partido tricolor, también hay la percepción entre algunos de sus militantes y simpatizantes de que definitivamente perdieron, al caer hasta un tercer lugar con su candidato; un cuarto lugar con su partido, y por si fuera poco, al camino de la extinción, los partidos coaligados, ya que hacen referencia de que “hasta el registro local pierden”.
Frente a este panorama, es difícil que pronto visite la entidad el dirigente nacional Enrique Ochoa Reza, al margen de que el presidente del Comité Directivo Estatal Chris López Alvarado tiene ante sí el fuerte reto de verdaderamente unir a toda la familia priísta, lo cual hasta el momento se ve harto difícil.
*.- ¿Dividen las Iglesias con marcha anti-gay?
Las iglesias que son las que deben promover la unión, y no la desunión o la “guerra” entre seres humanos, de hecho lo están haciendo, incluida la católica, que sigue a la cabeza, al respaldar la gran marcha nacional que se está proponiendo para el próximo sábado 10 de este mes, en varias ciudades del país, y de manera simultánea, para manifestarse en contra de la intención- parece cada vez más lejana- del gobierno Federal, de aprobar las “bodas gay” o matrimonios entre homosexuales, ya sean entre hombres o mujeres.
Aquí el propio arzobispo Francisco Moreno Barrón ha confirmado que participará en la que se celebrará en Tijuana, aunque ha sido muy cuidadoso en dejar en claro que no es la Iglesia Católica la que promueve este movimiento, sino que se trata de grupos ciudadanos, y de padres de familia preocupados, aunque todos sabemos que es la Iglesia misma, la que desde atrás está impulsando estas acciones, al haberse sentido “ofendida” por el hecho de que el presidente mexicano envió esa propuesta de Ley ante el Congreso Federal, no obstante que según trascendió, les había ofrecido no hacerlo.
Y siempre es difícil abordar este tema, por la fuerte intolerancia religiosa que sigue existiendo en el país; por el todavía presente machismo y por el riesgo de que quien opina al respecto, de inmediato se gana la “etiqueta” de homosexual o lesbiana, según sea el caso. Sin embargo tampoco podemos desconocer que aunque nos choque esta realidad que estamos viviendo (y que siempre ha existido, aunque se escondía en el “clóset”), ésta es una condición que está presente en nuestra sociedad, ya sea porque hay quienes así nacieron, o también aquellos que en el camino decidieron modificar su preferencia sexual.
En esto último no nos vamos a meter, porque sería el “cuento de nunca acabar” y las discusiones subirían de tono, pero sí creo que así como los grupos que se oponen, tienen todo el derecho de manifestar su posición, de igual forma aquellos sectores de preferencia sexual distinta, deben contar también con la oportunidad que les brindan nuestras leyes, por el sólo hecho de ser mexicanos, de pagar impuestos y de tener que cumplir con todas las obligaciones que la Carta Magna nos impone a quienes vivimos en este suelo patrio.
Lo que no es válido, creo yo, es que intervengan grupos poderosos como las iglesias, y en este caso, la católica -a la cual pertenezco- porque al azuzar de esta manera a los manifestantes, pueden crear situaciones graves que pueden hasta derivar en violencia, cometida por aquellos que se sienten respaldados por estas instituciones en las que creen a pies juntillas: si la iglesia me dice que está mal, que no lo acepte, así debe ser, pensarán algunos.
Por otra parte, la palabra matrimonio no es propiedad de las organizaciones religiosas, sino que lo establece la propia Constitución, y por lo tanto cualquier mexicano puede aspirar a esta condición para su protección legal, aunque –efectivamente- no todavía, ya que nuestras leyes siguen estableciendo que la unión debe ser entre un hombre y una mujer.
Las iglesias no deben entrar en pánico por esta situación, ya que esas parejas muy seguramente no acudirán ante esas instituciones, donde los ministros católicos, o de la denominación que sean, pueden muy bien negarles este sacramento, porque efectivamente las mismas no aceptan este tipo de uniones. Pero si desean hacerlo por el civil ¿por qué se oponen?
Lo que sí me parece, es que estamos ante un cambio diametral de las condiciones en que estuvimos viviendo como sociedad, y que si efectivamente, debemos de cuidar ciertas reglas, no se debe de promover ni el odio ni la violencia contra aquellos diferentes a nosotros, ya que aunque se insista en que no están haciendo eso, al final, este tipo de movimientos normalmente derivan en ataques criminales en contra de aquellos que nos asustan por ser diferentes.
Ahora, como lo decía, pareciera también que esta decisión del presidente de la República quedará en el “congelador” ante la fuerte oposición que surgió de inmediato, de parte de la jerarquía religiosa, sin embargo no podemos dejar de reconocer que esto existe, que ha existido toda la vida, y que nos guste o no, va en camino de formalizarse.
¿Que si no nos preocupa que nuestra sociedad cambie en principios tan importantes como son éstos? ¡Claro que sí! Pero es la realidad, reitero, y como otros grandes movimientos, no se puede parar, a menos… sí… de que se utilice la violencia.
Por cierto, en Ensenada, al igual que en 80 ciudades del país, están anunciando la celebración de esa “marcha nacional por la familia” que busca, según afirman los promotores, evitar que se hagan modificaciones a la Constitución mexicana para así aprobar las bodas gay.
PD.- El jueves 8 de este mes, a las 11 de la mañana, se hará el acto protocolario mediante el cual será ratificado Miguel Ángel Badiola Montaño como presidente de la Canirac Tijuana, y de la Cámara estatal, después de que la directiva nacional lo repuso en ese cargo del cual, rudamente, lo había retirado meses antes. Ahí le será reconocido el Premio Nacional que la misma Canirac en el país le entregó al Chef Jorge Javier Plascencia Huerta.
PD2.- Por cierto el evento será en uno de los restaurantes de la familia Plascencia, esa que el presidente del Cotuco, Francisco Villegas Peralta, trató de exhibir durante el homenaje póstumo que ofrecieron en la avenida Revolución a Juanga, tras conocerse su muerte. De hecho, tal parece que el patriarca de esta familia, Juan José Plascencia “El Tana”, iría como vicepresidente con Badiola.
PD3.- Si la iglesia católica tiene homosexuales entre sus feligreses ¿les da por eso, trato de fieles de segunda? ¿Con obligaciones pero no con derechos?
PD4.- En lo que yo sí tendría mis reservas, sería en la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo para formar las llamadas “familias homoparentales” -como ahora les denominan- porque efectivamente la concepción, de manera natural, se da entre un hombre y una mujer, y no por disposición de la Constitución. Esto sin entrar en las consideraciones que haría en el sentido de la formación que podrían tener los niños adoptados en esas parejas, sin dejar de reconocer que algunos serían muy buenos padres, ni que eso implicaría que los hijos fueran a tener las mismas inclinaciones de quienes les adopten.