Los obispos y yo
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Los obispos y yo

TIJUANA BC - miércoles 10 de agosto de 2016 - DORA ELENA CORTÉS.
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AFN POLÍTICO

*.- Don Alfredo en la coronación de la Virgen
*.- Don Juan Jesús y la entrevista inédita
*.- Don Emilio Carlos
, hasta los extremos
*.- Don Rafael asediado por las redes

DORA ELENA CORTÉS
[email protected]

TIJUANA BC 10 DE AGOSTO DE 2016 (AFN).- Aunque entendemos que la religión católica no es la única que se practica en México y en Baja California, sí sigue siendo la mayoritaria, y por eso la llegada este jueves del quinto Obispo de la ciudad y segundo Arzobispo de la ya arquidiócesis de Tijuana, reviste una gran importancia. Es tal que para los diversos eventos que se han programado con el propósito de preconizar a Monseñor Francisco Moreno Barrón como tal, han confirmado su asistencia las principales autoridades, además de que estarán otros arzobispos y obispos, incluido Carlos Emilio Berlié Belaunzarán, ya retirado como arzobispo de Yucatán.

De don Francisco se dice que es un obispo “de la línea” del extinto cardenal Juan Jesús Posadas y Ocampo, asesinado en 1993 en el aeropuerto de Guadalajara Jalisco, supuestamente por haber sido confundido con Joaquín “el Chapo” Guzmán, además de que su presencia significará un cambio a la forma como hasta ahora se ha conducido la arquidiócesis, bajo la dirección de Monseñor Rafael Romo Muñoz, ya que ambos tienen estilos muy diferentes.

Ya hemos dicho que Moreno Barrón tiene estudios en la música, lo cual le representa otra característica especial, además de que seguramente hay todavía mucho más que decir en torno a la personalidad del hasta ahora Obispo de Tlaxcala, sin embargo en esta ocasión, y con motivo de su llegada quisiera hacer remembranzas personales, sobre todo porque como periodistas, al igual que tenemos trato con autoridades, empresarios, ciudadanos, políticos, representantes de sectores, también lo tenemos con líderes religiosos. 

Y ante un nuevo cambio dentro de la jerarquía de la Iglesia Católica, me vinieron algunos recuerdos de los anteriores obispos, y puedo decir como otros -pero pocos- compañeros, que me ha tocado en suerte conocer a los cinco hombres que han tenido esa calidad en nuestra ciudad, lo cual es todo un privilegio, aunque con esto empiecen con el estribillo aquel de “uuuuuuuuuuu”.

*.- Don Alfredo en la coronación de la Virgen

A don Alfredo Galindo y Mendoza (¿por qué antes se antepondrían el “y” en su nombre?) Lo conocí, siendo muy chica, cuando de la mano de mis padres –y acompañada de algunos de mis hermanos- asistí a la que ahora es Iglesia Catedral de “Nuestra Señora de Guadalupe” de la zona Centro, ya que en esa fecha -que no recuerdo cuál pero que debió haber sido por fines de los sesentas o principios de los setentas- se celebró la coronación de la virgen de Guadalupe, con toda pompa.

Ahí estaba don Alfredo presidiendo la ceremonia, muy fastuosa y lucida, con la presencia -como era obligado- también de todas las autoridades y “fuerzas vivas” de la ciudad. Recuerdo que me pareció un hombre ya muy mayor; se veía serio, pero era quien encabezaba la ceremonia.

Había pompa, solemnidad, cantos religiosos y mucho fervor de los asistentes por la ceremonia que se estaba celebrando, y que para aquel entonces fue una de las principales noticias de esta Tijuana todavía muy lejana de las decisiones del centro del país y con una identidad que ya le habían dado centenares de miles de familias que se habían asentado, desarrollado y prosperado aquí.

No me queda muy claro si también en ese entonces fue cuando se nombró, o se “elevó” a Catedral el templo de la zona Centro. Ya nos lo habrán de aclarar los historiadores, sin embargo no recuerdo haber vuelto a ver a Galindo y Mendoza de manera personal, aunque si de vez en vez lo escuchaba mencionar, sobre todo en el desarrollo de las misas. Eran tiempos cuando, creo yo, no eran tan mediáticos los jerarcas religiosos, ni tenían tanta presencia pública.

*.- Don Juan Jesús y la entrevista inédita

Luego llegó don Juan Jesús Posadas y Ocampo. A él lo nombró el Papa Paulo VI en 1970, aunque a mí me tocó conocerlo y tratarlo por los primeros años 80s cuando yo trabajaba para el periódico El Mexicano; era un hombre serio, afable y educado, y con él tengo una anécdota que nunca olvidaré.

Sucede que con motivo de una temporada de Cuaresma, estando yo a cargo de la sección de sociales de ese diario, se me ocurrió (¡y verdaderamente que fue una ocurrencia!) hacer algo diferente con ese motivo, y con toda la frescura del mundo me entrevisté con el obispo para proponerle que hiciéramos ¡Una entrevista a Jesucristo! Le comenté mi idea; le dije que le haría las preguntas como si fuera Cristo y que él me las contestara como si el Hijo del Hombre estuviera dando respuestas, según las Escrituras y lo que le tocó vivir.

En principio don Juan Jesús respondió –reflexionando- que le parecía extraño, pero sobre todo muy arrojado tomar el papel de un personaje tan extraordinario y único como Cristo, sin embargo accedió ya que dijo que si eso ayudaba a transmitir su mensaje ¡Que lo hiciéramos! No sin antes dejar en claro que era todo un honor tomar ese papel. Así fue como me dispuse a elaborar un cuestionario con todo lo que se me pudo ocurrir sobre qué pensaba, que sentía, qué sensación le causaba (a Cristo) estar enfrentando tantos flagelos por la salvación de la humanidad, y todo aquello que nos han enseñado a los católicos desde que tenemos uso de razón. Le preguntaba ¿cómo veía a la humanidad ante la indiferencia que mostraba sobre su calvario repetido año tras año? Y qué mensaje le mandaba a ésta.

Don Juan Jesús respondió cada una de las preguntas del largo cuestionario, y recuerdo -entre lo que queda en mi memoria- que eran conceptos muy interesantes, que me pusieron en la tarea de pensar durante largas horas cómo presentar la “entrevista”, y sobre todo no dejaba de sentir emoción, por lo que me parecía un trabajo “muy creativo”. Dicha entrevista nunca vio la luz, y no fue por ninguna censura, ni problema alguno, sino que la fui dejando “para después”, primero porque no me decidía cómo iniciar, y después, porque entonces tenía el “gusanito” de trasladarme a información general, y como “prueba”, así como las que hacían en el “Club de Toby” para aceptar niñas, así me condicionaron a mí a que sacara durante el día, todas las notas que tenía que hacer de sociales, además de las que me correspondían de información general. Y como yo sentía que era una forma para desalentarme en mi empeño de trasladarme de sección, me metí de lleno a esa tarea, y logré que me integraran –finalmente- a la plantilla de reporteros, pero… se me fue el tiempo y por algún cajón quedó esa entrevista inédita.

No sé qué pensó cuando se dio cuenta que no se publicó este trabajo, aunque tampoco nunca me lo reclamó, pero cuando concluyó su función como Obispo, lo lamenté mucho, y más cuando murió acribillado en Guadalajara Jalisco, porque ésta sería una pieza documental muy importante de su presencia en Tijuana.

*.- Don Emilio Carlos, hasta los extremos

Con don Emilio Carlos me tocaron otras vivencias muy interesantes, y muy opuestas a las experimentadas durante el período de don Juan Jesús; este nuevo Obispo, más joven y con mucha energía, era un hombre con mayor presencia y participación política, que además tuvo que enfrentar temas tan graves y terribles como el del narcotráfico.

A don Emilio Carlos lo mismo lo veíamos, fraternizando con la alta sociedad que visitando colonias populares; de repente aparecía en hechos tan lejanos a un Ministro de la Iglesia (por lo menos visto hasta entonces), como en el escenario de una de las más cruentas balaceras ocurrida en 1994 sobre el bulevar Díaz Ordaz frente al “Mercado de Todos”, donde se enfrentaron narcotraficantes y agentes federales, y donde fue detenido “el tigrillo” Francisco Javier Arellano Félix, pero fue dejado en libertad por la Procuraduría a cargo entonces de Juan Francisco Franco Ríos.

También a don Emilio le tocó enfrentar suspicacias y señalamientos, porque se corrió la voz de que las instalaciones del Seminario Menor fueron remozadas y dotadas de acabados de lujo, con dineros de los hermanos Arellano Félix, y por si eso fuera poco le tocó enfrentar el escándalo que se produjo cuando trascendió que uno de los sacerdotes a su cargo, Gerardo Montaño (ya fallecido) fue el contacto para que estos narcotraficantes se entrevistaran directamente con el nuncio apostólico Girolamo Prigioni, en la Ciudad de México, y hasta los acompañó para que éstos le explicaran a los jerarcas religiosos que “ellos no habían matado” al entonces cardenal don Juan Jesús Posadas, en los hechos criminales ocurridos en el aeropuerto de Guadalajara Jalisco.

Don Emilio, desde su llegada llamó la atención, ya que fue trasladado hasta Tijuana, en un avión privado de un conocido empresario de talla nacional, debido a que este ex Obispo de Tijuana forma parte de una de las familias más prominentes del Estado de Aguascalientes; inclusive no faltaban señoras que se preguntaran ¿cómo era posible que un hombre de tan buen ver –eso decían- millonario -agregaban- e hijo único, se hubiera inclinado por vestir hábitos y hacer “votos de pobreza”.

Con don Emilio tuve una muy cordial relación, que sólo se vio empañada en algunos momentos, como aquel, cuando junto con un grupo de reporteros, nos “amenazó” con excomulgarnos, ante la insistencia de que nos diera su opinión acerca del crimen del Cardenal Posadas; que nos hablara de los hermanos Arellano Félix y de las opiniones que involucraban a la Iglesia con estos temas. Nosotros no dejamos de preguntarle, y él  no cumplió su “promesa”… Y seguimos siendo católicos.

Con todo respeto, al margen de lo amable que siempre fue y se mostró, también puedo decir que con el trato pude descubrir que igualmente hay “hombres de la Iglesia” que pueden ser iracundos. ¡Mucha energía la de don Emilio Carlos!

*.- Don Rafael asediado por las redes

Después de lo que podría decirse que fue una “época turbulenta” con este obispado, don Emilio Carlos fue trasladado a otra posición dentro de la Iglesia católica y en su lugar fue nombrado el actual administrador de la diócesis, don Rafael Romo Muñoz. El 24 de febrero de 1996, don Rafael fue revestido como obispo de la ciudad, en una ceremonia encabezada precisamente por el polémico nuncio apostólico Girolamo Prigione.

Luego, años después, el oriundo de Torreón Coahuila, pasó a ser de Obispo a Arzobispo, cuando el Papa Benedicto XVI elevó la hasta entonces diócesis, en una arquidiócesis, quedando al frente Romo Muñoz. La declaratoria se hizo el 25 de noviembre de 2006, y el acto oficial se celebró el 29 de enero de 2007.

Don Rafael ha sido un hombre más pausado que su antecesor, aunque le ha tocado la “mala suerte” de vivir en la época de las redes sociales, y por lo tanto a este jerarca de la Iglesia Católica lo han maltratado públicamente, más que a cualquiera de sus antecesores, aquellos que son detractores de la Iglesia Católica, o quienes le reclaman el hecho de no haber establecido posturas contundentes en los casos de las violaciones de menores por parte de sacerdotes, o por sus relaciones con personajes de la alta sociedad de Tijuana.

A Romo Muñoz lo empecé a tratar de manera personal, cuando se celebró una conferencia de prensa, precisamente un día después de que asesinaron a un sacerdote católico, si no mal recuerdo, el caso ocurrido en la “Plaza del Zapato”. Asistí porque deseaba hacer algunas preguntas muy puntuales en torno a este hecho, y cuando me dirigía a las oficinas del obispado iba pensando que ojalá esto no nos provocara otro “zipizape” verbal, como los que ya se habían dado con don Emilio Carlos, y que son muy frecuentes con políticos, y autoridades, que se molestan por lo que se publica o lo que se opina.

Aun así, pensé: “son gajes del oficio” y “aunque se enoje, me dije, pero lo tengo qué preguntar”. Así llegué al lugar de la cita, y ahí los reporteros presentes, estuvimos pregunte y pregunte, y don Rafael, responde y responde. Por más que lo observaba no veía indicios de enojo o de ira en su rostro, y así se mantuvo, ofreciendo explicaciones, hasta terminar la conferencia.

Me acerqué al final para presentarme -como también lo hicieron los otros compañeros- y en ese momento pensé que al ubicarme de manera personal habría un reclamo, por las notas que habíamos estado manejando, y los comentarios que realizaba en los programas de radio, sin embargo, al momento de empezar el saludo me respondió: sí, ya sé quién eres; te escucho todos los domingos… ¡Gulp!

También me sorprendió gratamente su tolerancia, y así se mantuvo la relación, hasta ahora, no importando las notas negativas que pudieron haberse publicado para la Iglesia, los comentarios en columna, y ni siquiera por los mensajes que lectores dejan en nuestra página de Agencia Fronteriza, aunque algunos son francamente groseros, o muy subidos de tono.

Solamente, en un momento de toda esta historia, sí intentó un reclamo, cuando con más de un año de anticipación comenté en la columna acerca de que por llegar a la edad reglamentaria, estaría presentando su renuncia y que el Papa nombraría a un sucesor; que don Rafael se quedaría vivir aquí en Tijuana, y uno que otro detalle que sólo se mencionaban en los principales círculos de la arquidiócesis.

Se quejó conmigo de que no paraban de llamarle telefónicamente o de preguntarle en persona, si esto era cierto, pero después de una amable discusión que sostuvimos, terminó reconociendo que esto se daría, como finalmente ahora está ocurriendo. Salvo ese momento, don Rafael hasta ha hecho alusión a los comentarios que sobre su persona hace el famoso “reportero del barrio”, del que en alguna conferencia de prensa señaló diciendo que “ni siquiera lo conocía” y que “nunca había estado por el obispado”.

Una anécdota que le divertía y que don Rafael nos contó en algún momento, tiene qué ver con su llegada a Tijuana; refiere el hecho de que un hombre que observó cuando era trasladado por la ciudad, en un vehículo de lujo, de esos que los anfitriones gustan de llevar para agasajar al recién llegado, exclamó: “Jesús entró montado en un borrico, y mira a ese en ¡qué carrazo va!”

PD.- De hecho la anécdota de don Rafael concluía, cuando él pensó para sí mismo: Pero, Jesús no iba en cualquier burro… ¡Iba en el mejor!

PD1.- No está confirmado oficialmente, pero el reportero del barrio ha hablado de la posibilidad de que para las actividades de este jueves, pudierAn hacer acto de presencia los gobernadores de Puebla, Tlaxcala y Guanajuato, conocidos por ser de una posición muy conservadora, lo mismo que los estados que gobiernan. Además estarán el gobernador de Baja California Kiko Vega y el alcalde de Tijuana, como anfitriones, acompañados de sus respectivas esposas.

PD2.- Asistirán, también se dice, por lo menos 2 cardenales, entre éstos, el que prácticamente fue su tutor, el cardenal de Morelia, Alberto Suárez Inda, así como más de una docena de obispos del país, incluido, por supuesto, don Emilio Carlos Berlié Belauzarán.

PD3.- Y así como a éste último –a Berlié- lo acompañaron amigos y personajes de la sociedad de Aguascalientes, a su llegada Tijuana, ahora se dice que viene una delegación de por lo menos 100 personas de Tlaxcala para participar de este momento tan especial en la vida de Moreno Barrón.

PD4.- En el evento estarán como invitados también, los alcaldes de Rosarito y Tecate, acompañados de sus respectivas esposas, y el Secretario General de Gobierno Francisco Rueda. Para la cena que se servirá el Club Campestre de Tijuana, están invitados representantes de todos los sectores de la comunidad, y también de las diferentes parroquias.

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