Por Dora Elena Cortés
TIJUANA BC 1 de diciembre de 2011 (AFN).- No se ponen de acuerdo. Primero señalaron que la droga encontrada en México y Estados Unidos, tras el descubrimiento de un sofisticado túnel era de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
Sin embargo una autoridad respondió a Agencia Fronteriza de Noticias de Tijuana: Confirmado ¡es del ingeniero!, en referencia a Fernando Sánchez Arellano, el “cabecilla” de lo que fue el temible y despiadado cártel de los hermanos Arellano Félix.
Se trata de las casi 36 toneladas de mariguana que autoridades en California y Baja California decomisaron como resultado de un trabajo de seis meses de autoridades federales de Estados Unidos, que llevó a la localización de un nuevo túnel que conecta a ambos países a través de Mesa de Otay-Otay Mesa.
Los paquetes encontrados en México traen una inscripción con dos iniciales: JR, que autoridades militares afirmaron desconocer a quién corresponden en tanto que fuentes extraoficiales señalaron que podrían referirse a “Júnior”, como identifican a un hijo de “El Chapo” Guzmán.
Sin embargo otra fuente consultada afirmó sin abundar en datos que ya se confirmó que la droga pertenece al “ingeniero” y que era manejada por una de sus “células” criminales. Señaló también que “todo hace indicar que ambos grupos ya están trabajando juntos, desde hace algún tiempo, lo que se ha comprobado con los decomisos y detenciones que se han hecho, en los que han salido a relucir el cártel de El Chapo y la organización de Sánchez Arellano, a quien presumiblemente le paga el primero por operar aquí.
Por lo mismo, afirmaron, el “golpe” sería para ambas organizaciones, porque no solamente se inmovilizaron esas toneladas de droga sino que también se sacó de operación uno de los más tecnificados y sofisticados túneles, construido con todas las facilidades para el paso de la droga de uno a otro país.
Tras la detención de Teodoro García Simental (a) “El Teo” y Raydel López Uriarte (a) “El Muletas”, se empezó a hablar de acuerdos entre los dos grupos criminales, que les permitiría operar a ambos sin estar resintiendo mayores daños económicos y fuertes “baños” de sangre.
El Sillas era un problema
Al establecerse la “frágil” tregua entre ambas organizaciones, el peligroso sicario Juan Francisco Sillas Rocha (alias El Sillas) representaba un problema por su costumbre de actuar, pese a que no siempre obtenía la “venia” de su patrón el “ingeniero” Sánchez Arellano.
Por su actuar independiente y sus violentos sicarios, se convirtió en un problema en las negociaciones de tregua que se hicieron entre las facciones que quedaron de “El Teo” con gente de Sinaloa y las del Ingeniero.
Incluso se llegó a decir que el padre del Sillas se haría cargo del grupo de su hijo, ya que los narcotraficantes sinaloenses no estaban dispuestos a continuar con las negociaciones de “paz” con Sánchez Arellano, si El Sillas se mantenía en posición de “líder”.
Del padre se aseguraba que “respetaba” a ambos bandos. No se supo qué sucedió sin embargo todo hace indicar que los acuerdos entre los narcotraficantes asentados aquí y los “fuereños” se concretaron, permitiéndoles operar a todos.
El Sillas finalmente cayó en poder de las autoridades el pasado 4 de noviembre, cuando el Secretario de Seguridad Pública de Tijuana y sus escoltas lo enfrentaron mientras aquel huía tras cometer un atentado criminal.
Ahora está detenido pero pesa sobre él una amenaza de extradición a Estados Unidos ya que en aquel país se le sigue una investigación federal por metanfetaminas en Fargo, Dakota del Norte, de donde huyó y quedó en calidad de fugitivo.
En caso de ser entregado por las autoridades mexicanas, el delincuente podría enfrentar “cadena perpetua” como sentencia por los cargos que se le imputan. El Sillas tuvo un rápido ascenso en la organización Sánchez Arellano pero se afirma que metió en muchos problemas al dirigente de ese grupo porque ordenó ejecuciones y secuestros por decisión propia.
En Baja California está involucrado en nueve crímenes cometidos entre febrero y diciembre de 2010.
El túnel de la discordia
El éxito que representó el descubrimiento de este túnel, puso en evidencia la también “frágil” coordinación que se dice que existe entre las corporaciones policiacas y el Ejército Mexicano.
En Estados Unidos, varias dependencias unidas trabajan desde 2003 para localizar los túneles que pudieran estar operando en su frontera con México. Están convencidos de que hay una gran cantidad de éstos y por eso su prioridad es detectarlos y clausurarlos.
Son varios los investigadores que participan de diversas dependencias y no se conoce el nombre de ninguno de éstos, aunque sí de las agencias para las cuales laboran. Al conseguir de manera exitosa la detención de seis personas relacionadas con este caso, se informó a la autoridad mexicana y tras concretado el asunto se ofreció una conferencia de prensa que encabezó una de las oficinas participantes.
El agente especial Derek Benner a cargo de Inmigración y Aduanas (ICE) y de Investigaciones y Seguridad Nacional (HSI) proporcionó la información y en ningún momento dijo: “fuimos nosotros los únicos que lo descubrimos en tanto que el resto que aparecen aquí no hicieron nada”.
Habían seguido al conductor de un tracto camión que se trasladó hasta Los Ángeles para entregar una droga. Ahí decomisaron 11 toneladas y las restantes 21 las encontraron en el área del túnel. Fue un “golpe” que representó una pérdida de 65 millones de dólares a los narcotraficantes, tan sólo en yerba.
En México se encontraron apenas casi cuatro toneladas que aún no eran cruzadas de manera clandestina hacia Estados Unidos. Pero pese a esto, los “celos” surgieron y evidenciaron la competencia que tienen las oficinas de seguridad por anotarse el triunfo.
Según los datos obtenidos en un primer momento, las autoridades estadounidenses informaron a las mexicanas sobre la existencia de ese túnel. No fue la DEA, fue el ICE y todo hace indicar que la información se le proporcionó a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
Los uniformados iniciaron un inmediato operativo y luego llegaron a la zona los militares. Los segundos revisaron algunas casas en el Centro Urbano 70-76 y después se fueron hasta la zona donde se encuentra la barda que divide a este fraccionamiento del aeropuerto internacional.
Por esto, surgió la versión de que la entrada del túnel podría encontrarse dentro de las instalaciones del puerto aéreo local.
Sin embargo los municipales siguieron en la calle “Josefina M. Contreras” y ahí ubicaron el sitio donde se encontraba el pasadizo. Abrieron las puertas e ingresaron seguidos de reporteros que ya se encontraban en el lugar, entre éstos los de AFN.
Se envió el aviso al resto de las autoridades y pronto llegaron los Policías Estatales Preventivos (PEP) que revisaron de inmediato el sitio y la entrada del túnel. Tras éstos llegaron los militares, quienes obligaron con sus armas, a que estatales y municipales se salieran del inmueble.
En el sitio el Director de Policía y Tránsito Municipal, Ricardo H. Garduño confirmó la existencia del túnel y reconoció que la información les fue proporcionada por la autoridad estadounidense.
Y a diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos, aquí no se hizo conferencia de prensa conjunta. Sólo hasta el día siguiente (miércoles 30 de noviembre) el Ejército Mexicano convocó a los periodistas y ante éstos, evidentemente molesto el General Gilberto Landeros Briseño, comandante de la Segunda Zona Militar, afirmó que no fueron los municipales los que encontraron el túnel sino que esto lo hicieron los militares.
Para comprobarlo aseguró que las fotografías que la autoridad municipal distribuyó entre algunos medios sobre la droga encontrada en el túnel y del túnel mismo, fueron captadas por autoridades estadounidenses.
El pasadizo encontrado el martes previo, como se dijo, tiene una longitud de 612 yardas (559.61 metros) y está equipado con vagones eléctricos, iluminación, muros de hormigón y sus paredes y pisos reforzados con madera. La entrada, del lado mexicano, es a través de una puerta metálica hidráulica y tiene un elevador oculto bajo el piso del almacén.
*.- Las agencias que participaron en territorio norteamericano son: ICE HSI; Aduanas y Protección Fronteriza (CBP); la Patrulla Fronteriza, la Drug Enforcement Administration (DEA) y la Oficina de Cumplimiento de Narcóticos de California.