*.- Los acusaron de abrir fuego contra sus compañeros

*.- Pero quien disparó fue un perito de Villa Fontana

*.- Ahora reviran con denuncia penal contra los mentirosos

 

DORA ELENA CORTÉS

 

Tijuana BC 27 abril 2014 (AFN).- Efijenio Cano Fredy  y Benjamín Alfredo Toledo Macías fueron acusados por propios compañeros de la policía municipal de haber disparado sus armas de fuego para evitar ser detenidos por lo que se les consignó ante el Juez Primero de lo Penal en febrero del año en curso, sin embargo salieron libres después de que se demostró que quienes les señalaron, mintieron y falsearon datos así como el parte correspondiente, por lo que ahora enfrentan a su vez una denuncia penal.

 

El maltrato recibido y la saña con la que fueron tratados por elementos de la misma corporación a la que pertenecen, lo adjudican los afectados al hecho de ser -en ese entonces- escoltas del director de la policía municipal, Reyes Montilla López, quien por cierto tampoco hizo nada para apoyarles ni se interesó en su momento por conocer de este caso.

 

La prueba más contundente de su inocencia, según afirman, fue un audio -en poder de , Agencia Fronteriza de Noticias - que fue entregado al Juez donde el policía auxiliar José Isaías Aguilar Zamorano alardea ante otros elementos de lo que hicieron en contra de estos dos escoltas y aún más, narra emocionadamente los hechos, en los que advierte que no fueron éstos los que hicieron disparos de arma de fuego, sino el perito de la policía municipal Efrén Preciado Flores, quien hizo las detonaciones enfrente de las oficinas de la delegación del lugar.

 

“En muchos casos los policías hablamos mucho” reconocieron Cano y Toledo en una visita que hicieron el pasado jueves a las oficinas de AFN, aunque ahora estos elementos suspendidos por la sindicatura municipal, se encuentran agradecidos de que Aguilar Zamorano se hubiese ido de la boca.

 

Según recordaron, el pasado 10 de febrero acompañaron al director de policía Reyes Montilla en sus actividades oficiales y en cierto momento éste les dijo que podían retirarse, por lo que decidieron ir a cenar con sus respectivas esposas, antes de regresar más tarde a continuar con su trabajo.

 

Explicaron que dejaron el carro de Cano en la sub delegación de Villa Fontana para ir al lugar donde cenaron y ya de regreso decidieron llegar a un Oxxo en esta misma zona, para comprar unos cigarros para una de las mujeres, lo cual harían por medio de una ventanilla, ya que el establecimiento estaba cerrado.

 

Toledo Macías quien ahora vestía de civil, bajó de la unidad para hacer la compra cuando vio a unos agentes municipales estacionados en una patrulla (C-16 de la sección auxiliar), por lo que procedió a hacerle un saludo “de lejos” al conductor (como es costumbre entre los agentes), mientras se dirigía a la ventanilla. Como siempre hacen, llevaba su placa y arma de cargo, cubiertas con la ropa.

 

En el lugar se encontraba otro hombre, también vestido de civil -del cual luego supieron que se trataba de José Isaías Aguilar Zamorano,  policía auxiliar - el cual por alguna razón “le mentó la madre a Toledo -quien, dice Cano- es muy tranquilo”.

 

Según la misma narración éste último no le hizo caso y compró los cigarros, (aunque intentó comprar cerveza pero no se la vendieron por la hora) y subió a la unidad en que llegó para continuar su camino, sin embargo Aguilar Zamorano los acusó con los patrulleros, afirmando que eran “hombres armados”, por lo que trataron de darles alcance, en tanto que ellos se dirigieron a las oficinas de Villa fontana, donde el perito Efrén Preciado inexplicablemente abrió fuego contra éstos, disparando hasta en cinco ocasiones y poniendo en riesgo la vida de sus esposas.

 

Ambos bajaron con las manos en alto mientras se identificaban como compañeros de la corporación y escoltas del director de policía, sin embargo inició una discusión, mientras los amenazaban con armas y trataban de quitarles las propias.

 

El oficial de nombre José Israel Olvera Amézquita les advirtió a gritos: bájenle de huevos, no me importa que sean los  lambe huevos del director; aquí valieron ver… Los vamos a empapelar. Háblele a su jefe a ver si los rescata.

 

Alma Nidia Mizta Yépiz, esposa de Ifijenio Cano empezó a grabar la escena y el mismo Olvera Amézquita la hizo a un lado con violencia, por lo cual su celular cayó al piso y se le rompió la pantalla. No obstante eso logró captar algunas escenas, entre otras una donde Cano le dice al comandante Fernando García Hernández que los elementos municipales dispararon contra ellos.

 

García Hernández se trasladó a la subdelegación de Villa Fontana al enterarse de estos hechos y ante éste los escoltas de Montilla aceptaron entregar sus armas a un escolta de este mando, Jesús García Ortiz, ante el temor de que luego los elementos de la subdelegación fueran a detonarlas para justificar una balacera “en la que debieron defender sus vidas”. El propio García Ortiz confirmó en ese momento ante el comandante García Hernández que esas armas no habían sido disparadas.

 

No obstante eso fueron detenidos “para investigación” y se les certificó, arrojando el examen una presumible “ebriedad incompleta”, lo cual no se confirmó en la Procuraduría General de la República  (PGR) -a donde luego fueron remitidos- y en donde también fueron sometidos a un examen que determinó que no estaban bebidos.

 

En el “parte” elaborado con respecto a estos hechos (se hizo en tres ocasiones) -y que incluso fue firmado por algún agente que luego aseguró ante el juez que él no estuvo presente en el zipizape - se establece que lo narrado ocurrió a las dos de la madrugada, cuando la detención se dio a los 20 minutos de ese día. En el referido parte no establecen que estos elementos hubiesen disparado en contra de agentes municipales, lo cual sí fue asegurado por los policías que los acusaron.

 

Sin embargo el policía auxiliar José Isaías Aguilar Zamorano, contaba a todo el que le preguntaba, la forma en que verdaderamente ocurrieron los hechos y confirmó que el perito Preciado disparó en contra de los escoltas, sin que éstos hicieran detonación alguna, lo cual no está dentro del procedimiento policiaco.

 

Agentes molestos por la forma en que fueron tratados estos compañeros grabaron a Aguilar Zamorano cuando reconocía haber mentido, ya que se lo pidieron quienes acusaron a los mencionados.

 

Tanto Cano como Toledo fueron de igual forma “paseados” durante varias horas como los policía lo hacen de manera cotidiana con los ciudadanos y no fue sino hasta después de las ocho de la mañana en que los entregaron a la Procuraduría General de la República.

 

Ahora presentaron una denuncia penal en contra de: Efrén Preciado Flores, Esteban Medellín García; el comandante Fernando García Hernández, Gerardo Alberto Cota Portillo, Gustavo Soto Gálvez, José Israel Olvera Amézquita y Roberto Carlos Crespo Alcocer.

 

Contra alguno de los mencionados es por haber firmado el parte sin haber estado presente o por haber falseado los hechos y contra el comandante García Hernández, porque después de que observó cómo se dieron los hechos y constató que sus armas no fueron detonadas, permitió que se elaborara ese parte fraudulento, dijeron.

 

Por eso presentaron esta denuncia contra los mencionados, insistieron “y contra quien resulte responsable”, afirmando que no tratan de afectar a la corporación ni a sus mandos, sin embargo sí pretenden limpiar sus nombres y recuperar su trabajo, en el cual tienen alrededor de 14 años.

 

“No sólo fuimos detenidos, sino que también fuimos suspendidos de la corporación, estamos perdiendo nuestros salarios y ahora hasta nos dicen que tratamos de robar el Oxxo”.