SINALOA 18 DE OCTUBRE DE 2019 (AFN).- Una ciudad desolada, con comercios cerrados, escuelas sin clases y muy pocas personas en la calle, es lo que se observa la mañana de este viernes en Culiacán, apenas unas horas después de la serie de balaceras en la vía pública que se registraron la tarde de ayer, y que continuaron por la noche y madrugada de hoy. 

Tiendas departamentales y de autoservicio en prácticamente toda la ciudad optaron por no abrir este día, y tampoco se cuenta con el servicio de transporte público en la ciudad, pese a que aquí se encuentra reunido el gabinete de seguridad del gobierno federal.

Tras la serie de enfrentamientos registrados ayer, y en breves recorridos por la localidad se observaron algunas grúas remolcando todavía los vehículos pesados siniestrados por integrantes del crimen organizado, en respuesta a la detención de Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán. 

Ante la presión del grupo delictivo de Ovidio; el gobierno federal tomó la decisión de dejarlo en libertad, según confirmó el mismo Presidente López Obrador y que incluso, Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad a nivel federal, agregó que ni siquiera estuvo asegurado de manera formal. 

En el desarrollo urbano Tres Ríos, lugar en el que inició el enfrentamiento armado tras el operativo de búsqueda de Guzmán López por parte de las fuerzas federales, son decenas de casas y comercios en los que se observan, en sus muros, huellas de los múltiples disparos de arma de fuego, y todavía hay en la vía pública cientos de casquillos percutidos, correspondientes a armas de grueso calibre. 

La mañana de este viernes, en Culiacán, se reunieron los integrantes del gabinete de seguridad del gobierno federal junto con el Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, para ofrecer los pormenores de los hechos suscitados ayer en esta ciudad y que ocasionaron de facto un toque de queda sin embargo, ante los fuertes cuestionamientos por las inconsistencias de sus declaraciones, la conferencia de prensa fue terminada de manera abrupta por los funcionarios federales.