TIJUANA, BC 21 DE MAYO DE 2019 (AFN).- El dos veces embajador mexicano Fernando Castro Trenti, anunció este día su renuncia irrevocable al Partido Revolucionario Institucional (PRI), y reconoció que como ciudadano votará por Jaime Bonilla Valdez para gobernador, Arturo González Cruz para alcalde de Tijuana, y los candidatos de Morena.
En rueda de prensa celebrada esta mañana, dijo que de momento no ha recibido invitación de otro partido ni ha decidido nada al respecto sin embargo, afirmó que en este momento nadie duda que el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia en Baja California”, será el próximo gobernador de la entidad.
El también ex embajador aseguró que con su renuncia al PRI demuestra congruencia con lo que ha referido desde el año 2013, cuando anunció un alejamiento de cualquier actividad política y partidista, concentrándose entonces en su encargo como embajador.
Esa misma congruencia, añadió, se manifiesta con su apoyo a los candidatos morenistas para los comicios del próximo dos de junio, al recordar que cuando fue candidato del PRI a la gubernatura, coincidieron varios partidos en coalición, como el caso del Partido del Trabajo (PT), representado entonces por el ahora candidato Jaime Bonilla.
Castro Trenti mencionó que el partido en el que militó durante cuatro décadas simplemente “ya no existe”, afirmando que por encima de intereses personales y partidistas, se debe buscar la forma de sacar al Partido Acción Nacional (PAN) del gobierno del Baja California.
Sobre la debacle del tricolor, manifestó que quienes han encabezado el partido desde el 2013 a la fecha se aliaron con Acción Nacional, provocando con ello una caída en el número de votantes toda vez que cuando compitió por la gubernatura de la entidad, obtuvo el 44 por ciento, mientras que actualmente su candidato apenas ronda el cinco por ciento de la intención del voto.
Sobre su preferencia hacia el partido Morena, Castro Trenti aseveró que en el 2013 él fue “candidato de izquierda”, señalando que desde entonces propuso reducir a la mitad el sueldo de los funcionarios públicos, la venta de la casa de gobierno en la capital del estado, y la necesidad de homologar el IVA en esta frontera con el estado de California.
