TIJUANA BC 25 DE MARZO DE 2012 (AFN).- El proyecto de ayuda a los desprotegidos de Tijuana, conocido como "Desayunador del Padre Chava" en recuerdo de su fundador, el sacerdote salesiano Salvador Romo Gutiérrez, tiene ya 13 años de existencia cumpliendo con su labor altruista.
Ernesto Hernández Ruiz, sacerdote de la Congregación de Salesianos de San Juan Bosco, refirió que el "Padre Chava” fue un hombre que desde hace más de 25 años llegó a Tijuana y dedicó su vida a ver por los más necesitados; quien con ocho obras en distintos puntos de la ciudad atendía necesidades prioritarias como alimentación, educación, recreación, prevención de adicciones y pandillerismo, particularmente con niños y jóvenes.
"Pero también se dio cuenta que la Zona Centro, como muchas veces pasa, a veces es la más descuidad de muchos proyectos; es por eso que inició un proyecto junto con un grupo de personas, de dar alimento a quienes por distintas situaciones estaban en esta ciudad", dijo.
Cuando a Romo Rodríguez le detectaron un cáncer, recordó Hernández Ruiz, "pensó en dar vida", y por ello se enfocó en este proyecto al cual en su honor se le quedó el nombre del Padre Chava.
Este desayunador Salesiano inició en una cochera donde daban alimentos a 17 personas, menesterosos que deambulaban por las oficinas; y cuando les dijeron que invitaran a más personas la cifra creció a 40, y en otra semana ya eran cien.
"Al inicio sólo se daba una vez por semana, después fue incrementándose, actualmente se da de desayunar seis veces a la semana", dijo el sacerdote, además de que se enfocan en promover la dignidad de la persona, por lo que a los asistentes les ofrecen ropa, corte de cabello, vinculación con su familia, orientación a distintas oficinas para atenderles, orientación en sus derechos humanos y varios otros servicios.
"Actualmente estamos atendiendo mil personas al día que viene a recibir este desayuno, además de todos los otros servicios", dijo.
Orientan a migrantes
El objetivo de ofrecer alimentos, no debe ser visto con el fin de hacer "que los migrantes se estacionen en esta ciudad", señaló el sacerdote, sino que gran parte de su trabajo es colaborar con las autoridades y organismos civiles para que estas personas se orienten, puedan resolver problemas y continuar con su vida.
"Prueba de ello es que constantemente vinculamos a migrantes con las oficinas de atención de sus diversos estados para que puedan lograr llegar a sus ciudades, tenemos vinculación con diversas compañías de autobuses para que les den descuentos y puedan regresar, porque si bien hay políticas muy buenas, son muy reducidas en el tiempo", indicó.
Agregó que cuando un migrante es deportado, suele pensar que al día siguiente va a cruzar a Estados Unidos, pero al ver que es difícil seguir no quiere regresar a su entidad de origen con la frustración a cuestas.
"Después de un tiempo toma conciencia y ya no accede a estos programas, por lo tanto nuestro trabajo también es eso; entonces nosotros damos esta parte del alimento porque también sabemos que cuando se tiene hambre hay riesgo de muchas otras cosas más; nosotros sabemos que son personas necesitadas, que necesitan una orientación, alguien que les atienda, ubique, y sobretodo que les guie y les pueda responder tantos interrogantes que llevan a cuestas", dijo.
Aparte, Hernández Ruiz expuso que hay entre 20% y 22% de personas que son constantes en asistir al desayunador, sobre todo adultos mayores, quienes se quedaron en Tijuana por diversas razones, que fueron excluidas de trabajos o que carecen de un sitio para vivir; a diferencia de la presencia de gente joven, que es un npumero muy variante y que cambia constantemente.
A su juicio, si los distintos niveles de gobierno lograran que los deportados de Estados Unidos fueran enviados por avión al interior del país, sí disminuirían muchos hechos delictivos en la ciudad, pero lo principal sería ayudarles a que regresen con sus familiares.
Hambre y respeto
Para acceder al desayunador, dijo el religioso, los "requisitos" son tener hambre y respeto a sí mismos, es decir, que busquen salir adelante y no llegar bajo los influjos del alcohol ni drogados; aparte, deben respetar la línea donde se forman y a los demás compañeros.
Cuando reciben una buena porción de frijol, arroz, y algún guiso como huevos con papas, chilaquiles o pollo en mole, además de su porción de tortillas, pan, una bebida endulzada y un café, más que un desayuno aquí se les ofrece un almuerzo sólido que les permitirá tener fuerzas para ir a buscar un trabajo o la forma de salir adelante, agregó.
"El desayunador lo ayuda Dios, esta es una obra que está abierta a todo tipo de ayuda de muy diversas maneras, desde grupos que se comprometen a donar el desayuno una vez al mes (...); hay instituciones educativas, hay empresas dedicadas a los alimentos, restauranteros e incluso familias que se ponen de acuerdo y una vez al mes ayudan; además que hay muchos otros días que no hay quien y entonces recibimos diversas ayudas, estamos abiertos a cualquier tipo de donación, todo se recibe", señaló.