TIJUANA BC 13 DE DICIEMBRE DE 2012 (AFN).- No obstante que el Secretario de Desarrollo Social del 20 Ayuntamiento, David Saúl Guakil, negó haberse presentado en horas de trabajo y acompañado de su seguridad en un negocio particular, según fue denunciado en días recientes, videos entregados en Agencia Fronteriza de Noticias exhiben lo contrario.
El funcionario municipal fue denunciado ante Sindicatura, por quien se identificó como Rolando David Escobedo Ortiz, propietario de un negocio que, según dijo, está siendo afectado por una obra cuya propiedad atribuyó al secretario, sin embargo éste lo negó y dijo en entrevista con reporteros que se presentó en el sitio solamente una vez y sin elementos de su seguridad.
Sin embargo, los videos entregados a AFN muestran diversos momentos, empezando cuando el funcionario se apersonó en la empresa, según los videos el día 7 de diciembre a las 11:30 horas; habló con trabajadores del denunciante y luego discutió con Escobedo Ortiz, en la colonia “Marrón” de esta ciudad, como lo denunció el quejoso y negó el señalado.
También se observa cuando a los 57 minutos del siguiente día, personal que supuestamente envió Guakil, según el denunciante, se meten al área y en tiempo récord levantaron un cerco de metal.
En uno de los videos se observa cuando el secretario llega al sitio de la discordia, en una camioneta de doble cabina, acompañado de dos escoltas; trata de ingresar al edificio del denunciante pero decide esperar mientras el conductor busca dónde estacionarse.
Dos minutos después sale un hombre del edificio y se saludan, luego salen a lo que semeja un callejón en exteriores cerca de un terreno cercado y en construcción, donde Guakil parece discutir con el mismo hombre que lo recibió, y parece ser el denunciante.
El funcionario municipal señala algo que después diría Escobedo que eran los límites del estacionamiento; se observa molesto al secretario, y en tanto un escolta cierra el estacionamiento con la camioneta y pone un listón amarillo para que nadie pase; minutos después Guakil y la otra persona siguen alegando frente a trabajadores y un escolta.
Posteriormente se observa una acción dentro de un edificio, en la recepción, a las 11:45 horas del mismo día.
Guakil lleva un papel en la mano y la encargada lo anuncia, para luego conducirlo a una oficina; y 12 minutos después se observa cuando Guakil sale del lugar acompañado por un joven de chaleco oscuro.
En otra escena se muestran en el sótano del edificio, a las 11:58 horas, donde hay un montacargas y dos o tres vehículos; esta vez van con ellos dos personas más, incluido el escolta que estaba en el callejón.
Desde la medianoche del 8 de diciembre, se observa la llegada de trabajadores, quienes tumbaron un cerco para facilitar la entrada al callejón desde el terreno en construcción; en las maniobras tienden lo que parecen barras metálicas, trabajan rápidamente, y para las 03:00 horas de esa madrugada ya habían levantado cercos metálicos en la mitad de dicho callejón.
LOS HECHOS
En la denuncia que la Sindicatura le recibió el pasado 10 de diciembre de este año, Rolando David Escobedo Ortiz, propietario del negocio “Media Tensión SA de CV”, que se ubica en Callejón Río Grijalva 9533 de la mencionada colonia, dijo que el secretario llegó a ese sitio a las 09:00 horas acompañado de cuatro personas (elementos de su seguridad) de los cuales dos se introdujeron a la negociación en tanto que los otros dos esperaron en la parte de afuera por el estacionamiento, que colinda con la calle Río Balsas.
Ahí, Guakil refirió a una persona que inicialmente lo atendió, que quería hablar “urgentemente” con el propietario. Al conocer de la identidad de éste, Escobedo afirma que Guakil se presentó de nueva cuenta a las 11:30 horas de la misma fecha, ahora acompañado de seis personas, que ingresaron también al negocio, y al recibir como respuesta dónde se encontraba (el propietario) se trasladaron frente al estacionamiento del negocio, en la vía pública que es el Callejón Río Grijalva.
Ahí, Escobedo afirmó que Guakil le informó que “iba a bardear la vía pública”, o sea el callejón que da a un costado del edificio de Media Tensión, porque “él lo había adquirido y era el dueño, además de que lo necesitaba para el proyecto de construcción de su edificio de once pisos que está construyendo actualmente en ese lugar”.
Dijo que le explicó hasta dónde llegaría esa barda y cuando le manifestó que no podía hacer eso porque era un callejón con más de 30 años de existencia, además de que Escobedo tenía en su poder documentos que acreditaban las medidas del arroyo vehicular.
El Secretario decidió retirarse diciendo que “de todas formas iba a proceder a instalar la barda, afirmando que la vía pública era de su propiedad”. Agregó que Guakil supuestamente le dijo que instalaría ahí un cerco metálico para que le fuera buscando “por dónde tener acceso al estacionamiento del edificio de mi local comercial”.
Agregó al día siguiente, sábado, que trabajadores a cargo del funcionario “en forma clandestina, por la madrugada, al amparo de la noche, procedieron a instalar un tramo de cerco de estructura metálica que mide 22 metros de largo por 2.44 metros de altura y que fue instalado a cuatro metros de distancia aproximadamente de su barda perimetral de malla ciclónica, dejando tan sólo un arroyo vehicular de dos metros.
Por otra parte, afirmó que el mismo sábado, al llegar a las 11:30 horas al lugar, se percató de que además, por la colindancia de su propiedad (de Guakil) por la calle Río Balsas, el mencionado instaló otro cerco metálico de las mismas características, en donde integró a su propiedad el cordón de banqueta peatonal “obligando a los peatones” a utilizar el arroyo vehicular, exponiendo su seguridad física.
Y afirmó que también hizo esto por el bulevar Sánchez Taboada, donde puso otro cerco perimetral del mismo material, pero que en este caso demolió la mitad de la banqueta dejando tan sólo como dos metros para el tránsito, sin embargo en esos dos metros hay árboles que impiden el libre tránsito de los peatones, obligándolos a circular por el arroyo vehicular del bulevar Sánchez Taboada.
Luego aseguró que llamaron a la policía municipal, al teléfono 066 para informar sobre la invasión y obstrucción de la vía pública, sin embargo la persona que tomó el reporte sólo les dijo que enviaría una unidad patrulla, la cual nunca se presentó.
Interrogado en días recientes por reporteros sobre este tema, Guakil negó que la propiedad sea suya e indicó que pertenece a una “persona moral” (empresa) de la que reconoció que su familia posee entre un 12% y un 15%, por lo que se ofreció a intervenir como mediador.
Y al no ser el propietario de ese negocio en construcción, Guakil mostró su malestar porque se le interrogue al respecto, por lo que aseguró que sería la última vez que respondería a los reporteros sobre este tema.
Dijo en principio que no se presentó en el lugar, aunque luego aceptó que si lo hizo, pero solo, sin sus elementos de seguridad, y porque presumiblemente el denunciante se lo pidió.
Aseguró que está de acuerdo en que “si alguien invadió un milímetro de vía pública” se le sancione como corresponde: “Que consignen a quien tengan que consignar”. Aseguró que cuando el terreno que están desarrollando lo compró su familia, el arroyo de la calle medía 4.50 metros; luego se dijo que eran 7.50 y ahora 8.85, por lo que consideró que el funcionario que autorizó que así fuera sea castigado por la irregularidad cometida. Además, con esto se comprueba, según dijo, que no están apropiándose de vía pública.
Luego negó también haber destruido banqueta y dijo que donde se trabajó era “un callejón de servicio” y que los “tapiales” que se instalaron para la obra en ese edificio salen un metro de la propiedad “porque así lo establece el reglamento de Obras Públicas” para que los trabajadores puedan cavar sin que los ciudadanos corran ningún riesgo.
Aseguró que “nunca me presenté con el señor (Escobedo Ortiz) él me habló y me citó en su oficina y me grabó (todo lo que dijo). Si me presenté, pero no con guardaespaldas; entré solo a la oficina”. Se dijo afectado.
Sobre la denuncia que al respecto hizo el regidor Erwin Areizaga, Guakil la desestimó y aseguró que “todas las denuncias que ha hecho se le han caído, porque no tienen sentido, son sin fundamento legal y para jalar reflectores”.
Negó estar incurriendo en “tráfico de influencias” e insistió en que el denunciante lo citó. Aseguró que la Inmobiliaria Rosete es la propietaria del edificio, en el que reiteró que él nada tiene que ver.