Transiciones
Por: Víctor Alejandro Espinoz
TIJUANA BC 13 DE MARZO DE 2018.-El ingeniero Enrique Krauze puede ser buen historiador pero de Ciencia Política sabe muy poco. Eso queda demostrado en su reciente artículo (7 de marzo) publicado en el New York Times: “The End fo Democracy?”. He revisado cuidadosamente el artículo y la sensación de estar ante un documento propagandístico me impresiona. ¿Cómo es posible que se pierda el contacto con la realidad por el mero afán de denostar a un personaje como Andrés Manuel López Obrador (AMLO)? ¿Cómo es posible que se dilapide el prestigio intelectual por una animadversión? ¿O de verdad se trata simplemente de ignorancia?
Cada quien es libre de manifestarse a favor o en contra de un proyecto político o de quien lo propone. Eso no está a discusión. Pero falsear los contenidos de dicho proyecto o caricaturizar a quien lo propone me parece indigno de alguien que ha sido ensalzado como un especialista en historia o un “hombre de letras”. Como personaje público tiene una responsabilidad frente a sus lectores, independientemente de la fe que profese.
Krauze afirma que “En el año 2000, la victoria de Vicente Fox, el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), puso fin al largo reinado del PRI. Y así comenzó el ensayo democrático en el que estamos”. Esto es falso, la alternancia política fue posible por las luchas que iniciaron mucho tiempo atrás y no se comprende sin las campañas electorales de 1988, 1989 o 1997. La transición política que culmina en la alternancia fue un largo proceso acumulativo de luchas contra el viejo autoritarismo. Pero además, para Krauze hablar de democracia es sólo limitarse a la democracia política y procedimental. No quiere saber o desconoce que la democracia requiere de adjetivos. Su pretendida “democracia sin adjetivos”, se limita a la jornada electoral. La democracia sustantiva es mucho más que eso. Le sería de mucha utilidad al menos leer la obra de Leonardo Morlino para entender que es la “democracia de calidad” o a Robert A. Dahl, para saber algo sobre la “poliarquía”. Todavía más, el ingeniero Ktauze sostiene: “México es una democracia, pero hay un descontento profundo con sus resultados”. Precisión: tenemos una democracia procedimental, lo que falta es la democracia sustantiva.
Krauze sostiene que “hay” varios candidatos. “Más allá de sus diferencias, todos, salvo López Obrador, comparten el respeto a la democracia. López Obrador ha prometido un ‘cambio de régimen’. Los votantes deben considerar cuidadosamente el significado de sus palabras, dados los precedentes”. Es tramposa su argumentación, según él AMLO no respeta la democracia porque ha prometido un cambio de régimen. Para Krauze el régimen se reduce al sistema electoral; no concibe a la democracia más allá de las elecciones. Pero además miente o desconoce que también Ricardo Anaya ha prometido, si gana, impulsar un régimen semipresidencial. Lo ideal para el historiador sería que nadie se comprometiera a cambiar el régimen, tramposamente se quiere referir exclusivamente al ámbito electoral. Pero en realidad lo que desea es que nadie cambie el modelo autoritario que sustenta a nuestra democracia procedimental.
Y dejo de lado su crítica al “mesianismo populista” y otras sandeces. Por falta de espacio me refiero por último al remate de su artículo donde resume sus fobias: “Lo que más me preocupa (de AMLO), sin embargo, es su actitud ante nuestra frágil democracia. Sus defensores argumentan en su favor su trayectoria como jefe de gobierno en el DF (2000-2005), pero en ese puesto no tenía, ni remotamente, el poder absoluto que podría acumular en la presidencia. Si López Obrador decide apelar a movilizaciones populares y plebiscitos, no sería imposible que convocara a un nuevo Congreso Constituyente y procediera a anular la división de poderes, a subordinar a la Suprema Corte y las entidades autónomas, a restringir a los medios y a silenciar las voces críticas. En ese caso, México sería otra vez una monarquía, pero caudillista y mesiánica, sin ropajes republicanos: el ‘país de un hombre’.
Ojalá el legítimo descontento de los mexicanos y la urgente necesidad de cambio no desemboquen en el fin de la frágil pero auténtica democracia mexicana”. Le faltó ser más explícito y atreverse a decir. “Ojalá que los mexicanos no voten por AMLO. La verdadera opción es Ricardo Anaya. O ya de perdida Meade; alguien que nos permita seguir lucrando al amparo gubernamental”. Así las cosas con nuestro ilustre liberal conservador.
Director del Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte. Correo electrónico: [email protected]. Twitter: @victorespinoza_
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