Transiciones
Por: Víctor Alejandro Espinoza
TIJUANA BC 12 DE DICIEMBRE DE 2017.- Esta semana ha sido muy importante para el proceso electoral pues han quedado definidas formalmente las precandidaturas a la Presidencia de la República e inician las precampañas. Pero también concluye el plazo para integrar las coaliciones electorales. Estamos entrando ya a una etapa de definiciones respecto a quienes finalmente serán los abanderados de los partidos y a quienes apoyarán estos a través de las alianzas. La asignación de las candidaturas es uno de los momentos más complicados de los partidos políticos y depende de cómo salgan de ese proceso las posibilidades de triunfo o fracaso en las elecciones.
Es claro que una vez que conocimos a los precandidatos supimos quienes serían los candidatos. No hay ninguna duda debido a que los métodos de designación no son democráticos en los partidos mexicanos y ni siquiera se contemplan las elecciones primarias. Porque nadie en su sano juicio puede creer que José Antonio Meade, Ricardo Anaya o Andrés Manuel López Obrador no vayan a ser los candidatos oficiales de sus respectivas coaliciones. Incluso en este terreno hemos retrocedido significativamente durante el actual proceso electoral. Las cúpulas deciden así, sin rubor, quienes son los ungidos.
Me parece que aún es prematuro para valorar los resultados de las alianzas. Y conocer con certeza a quiénes beneficiarán los realineamientos. Por el lado del Frente (que ya no es Frente y menos Ciudadano), en el camino quedaron varios activos: desde luego Margarita Zavala de Calderón y los militantes tanto del PAN como del PRD que se oponían a la coalición por la distancia ideológica y principista de ambos. Margarita Zavala y el Grupo Calderón se sienten traicionados por Ricardo Peña. El 11 o 12% de votos que pudiera obtener si se concreta su candidatura independiente serán sufragios restados al PAN. En el caso que Margarita no logré obtener el registro, muy probablemente ese porcentaje pudiera irse al candidato de la coalición encabezada por el PRI, José Antonio Meade. No debemos olvidar que el grupo de los “senadores rebeldes” encabezados por el presidente del Senado Ernesto Cordero, todos ellos calderonistas, se ha decantado por Meade.
En unas horas se podrán hacer oficiales dos anuncios ya cantados: el PANAL se sumará al PRI y PVEM para apoyar a Meade y el Partido Encuentro Social se unirá a MORENA y el PT. Y como sabemos el Frente quedó integrado por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. En resumen todo indica que habrá cinco candidatos a la Presidencia de la República. Los ya mencionados Mead, Anaya y AMLO; a los que se sumarían los dos candidatos sin partido que se encuentran en pos de las firmas necesarias: Jaime Rodríguez “El Bronco” y Margarita Zavala de Calderón.
Una baraja que seguramente en términos de propuestas y oferta política se polarizará. Hay quien dice que tres de los cinco son panistas. Efectivamente, por sus perfiles, trayectorias y relaciones con los grupos de poder, tanto José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Margarita Zavala se disputarán los votos del electorado de centro derecha. No hay una diferencia significativa en su naturaleza ideológica. Su propuesta es la de la continuidad del modelo económico instrumentado en México desde 1982. Si acaso algunos matices, pero de ganar alguno de ellos la continuidad estaría garantizada. Lo mismo que Jaime Rodríguez, “El Bronco”, que toda su trayectoria la realizó en el PRI y no representa más que una propuesta estridente de lo que hemos vivido en las últimas décadas. Es leche bronca sin proceso de pasteurización.
Entonces el título más preciso de este artículo debió ser cuatro de cinco, pero prefiero matizar. Muy probablemente en el camino alguno de estos cuatro personajes decline a favor del puntero. El otro proyecto que se presenta es el de la coalición de MORENA, encabezada por AMLO y a la cual los otros cuatro combatirán con todas sus fuerzas y recursos. Representa un modelo de políticas públicas diferente y que seguramente obligaría a cambios estructurales en el sistema económico y político mexicano. Mucha gente votará por AMLO porque perciben que fracasaron las políticas sectoriales de las últimas administraciones. No son morenistas ni seguidores de AMLO: solo están hasta la madre de la corrupción, la inseguridad y la falta de oportunidades para sus hijos.