Procesos Políticos
Por: Abel Muñoz Pedraza
El día de ayer el periódico Frontera dio a conocer que Jorge Kahwagi, diputado federal de la LXI Legislatura por el Distrito Federal y electo por el principio de representación proporcional, está registrado ante el IFE como precandidato del partido Nueva Alianza para buscar representar a su partido en las elecciones del primero de julio de 2012 y acceder a una senaduría por el principio de mayoría relativa en Baja California, gracias a que el diputado “reside” en Mexicali.
Sin buscar entrar al debate que abordan politólogos y juristas respecto a quién representa un legislador, es decir, si a los ciudadanos del distrito o del estado que lo eligieron o a toda la población del país, Kahwagi cumple con los requisitos que estipula la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 58, en donde se menciona que “Para ser senador se requieren los mismos requisitos que para ser diputado, excepto el de la edad, que será la de 25 años cumplidos el día de la elección.” Entonces, si nos remitimos al artículo 55 que establece los requisitos para ser diputado, tomando en cuenta que el de la edad es diferente, podemos observar que efectivamente los cumple (véase el artículo 55 de la Constitución si se quiere mayor detalle).
No obstante, el multifacético Jorge Kahwagi tiene un historial dentro de la política que no refleja una verdadera vocación por el trabajo legislativo. De 2003 a 2006 fue diputado federal por el Verde y coordinó al grupo parlamentario. Posteriormente renunció al Verde y se unió a Nueva Alianza, desempeñando los cargos de secretario general y presidente de ese instituto político. Los escándalos de Kahwagi en el ámbito de la política han sido numerosos, sobre todo cuando pidió licencia al Congreso por tiempo indefinido para participar en el reality show “Big Brother”, o cuando en declaraciones a medios durante su campaña electoral para arribar a la Cámara de Diputados en 2003 afirmó que el político al que más admiraba era a Carlos Salinas de Gortari. No hay que olvidar también las penosas incursiones que el diputado Kahwagi ha tenido en programas de televisión y en el ring de box.
Otra cuestión lamentable es que en el momento que el reportero del diario que realizó la entrevista le pregunta al presidente estatal de Nueva Alianza, Juan Pablo Rodríguez Gil, acerca del tiempo que Jorge Kahwagi llevaba radicando en Mexicali, éste no pudo dar una respuesta precisa, diciendo que eran cinco o seis años, lo cual demuestra el desconocimiento que se tiene sobre el precandidato al interior del partido sobre su residencia en aquel municipio.
Fuente: https://app-inter.ife.org.mx/precandidatos2012/consultaPrecandidatos.can?methodToCall=init
En fin, esas son las bondades que nuestro sistema les ofrece a nuestros “grandiosos” políticos. Muy probablemente si contáramos con el mecanismo de relección legislativa, Jorge Kahwagi no seguiría desempeñando cargos en el Congreso gracias al pobre papel que ha desempeñado como legislador en distintas oportunidades, ya que la ciudadanía no lo hubiera reelegido.
Los tiempos actuales en donde la política se ha ido descentralizando y los gobiernos locales han adquirido mayor fuerza y recursos, sobre todo después de la alternancia política de 2000, exigen que un aspirante a ocupar un cargo en el Congreso conozca a fondo las problemáticas del distrito o estado que va a representar, principalmente cuando compite por el cargo y no va al Congreso por la vía de los plurinominales.
Por cierto, ¿alguien en Mexicali ha visto a Jorge Kahwagi?, si no es así, les recomiendo que si algún día se lo encuentran en un acto público o recorriendo las colonias más marginadas identificando sus problemas, en el antro o en el mercado, pregúntenle cuánto paga de luz en los veranos, qué hará para lograr más subsidios y la gente no pague cuentas astronómicas, entre otras cosas. En fin, de nosotros depende, por medio del voto, que alguien así no nos represente.
Abel Muñoz Pedraza es estudiante de la maestría en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en la Ciudad de México. Es egresado de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), campus Tijuana. Correo electrónico: [email protected]
Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.