Por: Marco Antonio Samaniego
TIJUANA BC 20 DE MAYO DE 2022.- En estos días se ha anunciado lo que autores como quien esto escribe, han apuntado en varios escritos de orden académico y de divulgación. Los tandeos del agua regresan. Habrá recortes porque este año recibimos 99 Millones de m3 menos que lo señalado en el tratado de 1944 y el próximo, serán poco más: 104 Millones de m3, e incluso, leí que se podía llegar a 125 Millones de m3 menos. Además, está el problema de que el acueducto tiene importantes fallas, producto de la falta de mantenimiento. Pero ese es tema aparte donde existen gente mejor informada que un servidor.
¿Porque el lujo de los tandeos? Porque quien vea que un día o dos a la semana no va a tener agua, va a quejarse y no va a ver con agrado que se utilice la palabra lujo. Pero remarco la diferencia. En los sesenta y sobre todo la década de 1970, no había tandeos porque no había agua para cientos de colonias. Ni infraestructura para trasladarla. La ciudad creció en base al turismo, varios ramos industriales y sin duda al impulso de las maquiladoras, pero el rezago urbano era mucho peor que el actual. Y eso ya es mucho decir.
La apuesta estaba en los mantos freáticos que se localizan en San Luis Río Colorado, Sonora, agua que llega de Arizona, Estados Unidos. Esa agua se entregaría a los agricultores tanto de Mexicali como de San Luis, a cambio de mandar 80 Milllones de m3 del río Colorado a la zona costa, en este caso Tijuana- Tecate y Rosarito. Aquí sólo apunto que es semejante a lo que sucede en ciudades como Los Ángeles o San Diego, que varias décadas atrás, hicieron lo mismo: construir acueductos, extraer el agua del río y llevarla a alto costo a ciudades. Por supuesto, hubo y hay perdedores en todo ello. Tanto grupos y sectores sociales, como la trasformación de ecosistemas que se reconstituyen o desaparecen.
Por ello, entre el momento en que se planeó el acueducto y la llegada del agua, pasaron varios años en los que los sectores marginados, simplemente no tuvieron agua por años. Destaco que, como residente de una colonia marginal de ese entonces – Los Álamos – alejada de las zonas centrales, fui alguien que pasó varios años entre llenar tambos de agua, perseguir piperos y en algunas ocasiones, en el viejo pick-up de mi padre, vender agua a quienes no tenían como conseguirla. Varios cientos de baldes de agua cargué en esos menesteres y varios miles para los servicios de la casa. Cuando escucho a la gente quejarse porque un día no va a tener agua, no puedo evitar recordar el significado de no tener agua por años.
Entre varias acciones de la Comisión Internacional de Límites y Aguas/ International Boundary and Water Commision, el gobierno federal y el estatal, además de un crédito otorgado por un banco japonés, a mediados de los ochenta inició una de las actividades típicas de ese momento: llevar agua a las casas. Si bien con Ruffo Appel se hizo famosa la frase de la “obra enterrada”, la realidad es que el proceso ya venía desde el gobierno anterior – Xicoténcatl Leyva – y el plan en general era desde la presidencia de Echeverría. Por cierto, los priistas, que en ese tiempo aun existían, se burlaban de Ruffo al decir que a los hombres se le conoce por sus obras, y “a Ruffo no lo conocemos”, para indicar que no había obras que presumir. De ahí que apareciera la frase de la “obra enterrada”, que era totalmente cierto. Ruffo, por su parte, en entrevistas posteriores manifiesta que todo empezó por él, evitando mencionar el proceso previo.
El hecho claro es que en los años siguientes la infraestructura hidráulica, con base en el acueducto Río Colorado-Tijuana, provocó que la memoria sobre el tema cambiara. Había agua en las casas e industrias y la obra de infraestructura se volvió parte del escenario, sobre todo en el viaje de Mexicali a Tijuana. Las críticas a la CESPT pueden ser muchas porque existen cientos de experiencias distintas sobre el servicio. He leído varias tesis sobre todo de maestría con planes y propuestas de cómo mejorarla. También me ha tocado explicar el funcionamiento del todo el sistema de la cuenca y explicar una y otra vez, Tijuana no se va a quedar sin agua porque Tijuana no tiene agua desde la década de 1960. No es una amenaza para el futuro, es una realidad desde hace más de medio siglo. Cuando veo comentarios del futuro amenazado, siempre insisto en el pasado cumplido. A Tijuana no la amenaza el cambio climático, lo que existe es una total dependencia de las nevadas de las montañas de Wyoming, Colorado y Utah. Dicho de manera sencilla, lo que debe preocuparnos del cambio climático, son las nevadas en dichos lugares, no que el clima cambie en la ciudad, que vive de un proceso de orden internacional y binacional. Sujeto a instituciones en ese orden y cuya mayor representación está en CILA/IBWC. (No escribo Cila mexicana porque entonces se pierde el sentido de una comisión que es binacional, y por tanto, no está sujeta a decisiones en el orden de leyes mexicanas exclusivamente).
Por ello, los tandeos a los que ya estamos acostumbrados y que van a volver, es un asunto de orden internacional, climático y al mismo tiempo, de falta de planeación ante la contingencia de reducciones como las mencionadas. Usar la palabra lujo lleva la intención de decir, son pocos días, o uno sólo, lo que por supuesto es molesto. Es un tema de salud pública, peo también de falta de plantas de tratamiento y de renovación de tuberías. Pero tampoco es nada nuevo, es de orden binacional y es de crear una nueva conciencia de que formamos parte de una cuenca internacional que está totalmente distribuida desde hace un siglo (el pacto de Santa Fe de 1922) y que se legalizó con México, en 1946, luego de dos daños de intensos debates para su ratificación en los senados de los dos países. Pensar que existe una solución fácil es caer en un simplismo. Los tandeos, inevitables, molestos, son una condición en la que se debe de pensar en los siguientes años. Pero también planear y crear otros sistemas de recuperación de agua, mediante el tratamiento, para no depender de una realidad que se llama cambio climático. Y que no es un asunto que esté en nuestro control.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.